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Puebla
es una ciudad conocida por su gran variedad de dulces en tamaños, formas y sabores. Este tipo de gastronomía aún conserva la tradición familiar y la elaboración artesanal típica. A continuación, te presentamos cinco dulces tradicionales de Puebla que debes conocer y disfrutar.
1. Molletes Poblanos
Aunque comparten nombre con un platillo bien conocido por todos, los molletes poblanos no podrían ser más diferentes. Se trata de un postre típico cuya preparación coincide con la temporada de chiles en nogada, por lo que los puedes encontrar desde julio hasta finales de septiembre. Su preparación consiste en un pequeño pan
(de apariencia similar a la concha) relleno de crema y glaseado con dulce de pepita.
2. Muéganos Poblanos
Olvídate de los muéganos que conoces, esta versión es más bien parecida a un dulce de leche con una textura suave. Está elaborado con harina y cubierto con piloncillo y canela. Se dice que su orígen se encuentra en el Convento de Huejotzingo aunque, de acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, también se puede encontrar en Tlaxcala.
3. Gallitos
Otro de los dulces más típicos del estado de Puebla son los coloridos gallitos. Están elaborados con base en jamoncillo y dulce de pepita. Se acostumbra a prepararlos entre octubre y noviembre, acercándose la fecha de Día de Muertos para ser usados en las ofrendas. Aunque la figura del gallito es la más común y aquella que le brinda su nombre, también se suele encontrar estos dulces con otras formas.
4. Borrachitos
De entre todos los dulces y postres poblanos , sin duda, los borrachitos son uno de los más típicos y reconocidos por los visitantes. Se trata de un dulce envinado que, aunque pareciera una simple gomita azucarada, están elaborados realmente de harina, rellenos de una crema con piquete y espolvoreados con azúcar. Los hay de diversos sabores, aunque los más comunes son de fresa, limón, piña y rompope.
5. Tortillas de Santa Clara
Tal y como su nombre indica, este dulce tradicional comenzó a ser elaborado en el Convento de Santa Clara durante la época Colonial. Consiste en una galleta rellena
de dulce de pepita de calabaza. Su preparación es bastante sencilla, después de hornearse la galleta, se le rellena con un poco de dulce de pepita, el cual, al solidificarse, adquiere una apariencia similar al glaseado.
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