Hace un mes escribí sobre el daño gravísimo que una obra vial para dar acceso y salida a la plaza Artz hacia Periférico Sur está causando estragos a miles de usuarios del transporte público, de carga y automovilistas. Entre las avenidas Luis Cabrera y Santa Teresa, sobre la lateral, se forma un tapón que puede tomar más de 30 minutos pasarlo. Se debe a la nula planeación y conocimiento en obras viales, ya que el acceso a la Plaza desde la lateral del otro lado, no era necesario.
La construcción de la Plaza, además de una fuerte oposición de vecinos, tuvo muchos contratiempos. En 2016 se colapsó el suelo a lo largo de casi 50 metros de la lateral del Periférico en dirección sur-norte, casualmente dentro del cauce original del Río Magdalena (hoy entubado en esa sección). El peritaje reportó como causa una fuga de agua. Posteriormente, en 2017, se colapsó una grúa de trabajo que ocasionó muchos daños a los edificios que se encontraban en construcción.
Lo que sucedió el jueves fue muy grave y puso en riesgo la vida de cientos de personas. Hay que reconocer la pronta acción de los vigilantes de la Plaza y de los integrantes de Protección Civil porque lograron desalojar el edificio minutos antes del derrumbe.
Una porción muy importante de la edificación, que por su diseño modernista se construyó en cantilever, se colapsó en su totalidad. Corresponde a una parte que está en “voladizo”; es decir, no se soporta en columnas verticales sino en trabes horizontales que transmiten la carga a las columnas más reforzadas. Tendrá que realizarse muy bien el peritaje, pero no hay duda en que hubo una falla grave de cálculo y de diseño desde su construcción.
Estos errores ponen de manifiesto la poca supervisión del Gobierno de la Ciudad en las megaconstrucciones aprobadas durante la pésima actual administración. Vuelvo a tocar el tema, porque en la revisión que todos exigimos a las autoridades, vecinos de colonias del sur poniente, necesitamos se resuelva de manera pronta y eficaz el tremendo daño que nos causa la “solución vial” que se construyó.
Afortunadamente el colapso no causó pérdida de vidas; sin embargo, el daño que nos está causando a miles de usuarios la absurda obra de acceso vial, representa millones de horas-hombre perdidas. ¿Quién va a cargar con esta responsabilidad?
Los desarrolladores de la Plaza, junto con el Gobierno de la Ciudad, le robaron un carril a la lateral del Periférico en la dirección norte-sur a lo largo de casi un kilómetro. Resultó ser una de las obras más inútiles y absurdas en los últimos años, además de muy cara ($245 millones).
Las últimas administraciones de la Ciudad de México se han especializado en la construcción de obras viales absurdas, mal diseñadas y mal calculadas. Es el caso de este paso a desnivel.
Esta obra es un reflejo de la incompetencia de las secretarías de Obras y de Movilidad, favoreciendo a intereses de un fuerte grupo inmobiliario y es imperdonable el daño que se le causa a la población. El transporte público y de carga, que están obligados a circular por la lateral son los más afectados, pero igual los miles de automóviles que buscan acceder a Santa Teresa, San Jerónimo Aculco o el Pedregal.
En la inauguración del paso a desnivel, las autoridades afirmaron que “la zona sur de la Ciudad tendría mejor flujo vehicular”. Hoy vemos exactamente lo contrario.
Los vecinos de la zona exigimos que junto con la valoración que se realice por el lamentable colapso de una parte de la Plaza, se corrijan los daños a la circulación y se recupere el espacio público robado a la Ciudad.