La noche del 8 de agosto de 1969, cuatro personas, bajo las órdenes de Charles Manson, irrumpieron en una mansión en Cielo Drive, en Los Ángeles, donde vivían la actriz Sharon Tate y su esposo, Roman Polansky, quien estaba de viaje, y mataron a las cinco personas, incluyendo a Tate, quien tenía ocho meses y medio de embarazo.