Por más de un siglo
, el Centro Histórico ha congregado algunas de las más conocidas y representativas panificadoras y pastelerías de la ciudad.
Algunas han desaparecido, mientras otras lograron crecer y extenderse hacia otros puntos de la capital
.
Todo los días es común ver a gente caminando a todas horas con sus bolsas y tradicionales cajas de pasteles y galletas por las calles del primer cuadro capitalino. En fechas importantes, sin importar la distancia, buena parte de la población se desplaza hasta su panadería preferida a comprar la rosca, el pan de muerto, o simplemente un pastel para un evento o festejo.