El 21 de marzo de 1906, en el centenario del natalicio de Benito Juárez, varias colonias se unieron para dar origen a uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de México.
En los terrenos que anteriormente pertenecieron a la antigua Hacienda de la Teja, entre amplios sembradíos y pintorescos riachuelos, se edificaron grandes residencias, cuya arquitectura de estilo ecléctico marcó toda una época.
La élite del Porfiriato ahí se estableció y hoy permanece como un testigo más de la transformación urbana de la capital.