CDMX

La Ciudad en el Tiempo: el pasado del chocolate en la capital, parte dos

La Ciudad en el Tiempo nos lleva a un dulce recorrido por varios lugares de la capital mexicana sedes de distintas marcas de chocolate, algunas ya desaparecieron otras se mantienen, con distintos dueños

Una imagen publicitaria de 1904 dirigida al público extranjero, en la que una elegante dama posa junto a la leyenda “Nos vemos en La Imperial”, refiriéndose a la famosa tienda de dulces y chocolates que se encontraba en el número 13 de la calle de San Francisco, hoy Madero, en el Centro Histórico. De acuerdo al anuncio, se trataba de la dulcería americana más grande de toda la república. Crédito: Col. Villasana-Torres
“4 sabores diferentes y una misma calidad”, indicaba la publicidad del famoso chocolate Carlos V. en los años sesenta. Los sabores disponibles eran: a la Española, a la Mexicana, a la Americana, y a la Francesa. Crédito: Col. Angélica Sánchez
Publicidad de los años setenta en la que se aprecia el tradicional empaque que es recordado por muchos hasta el día de hoy y que contenía los chocolates Carlos V. en tablillas individuales. En este caso, se trata del popular chocolate con leche - estilo Suizo. Crédito: Col. Angélica Sánchez
Hace exactamente cincuenta años, este era el folleto tipo trivia que acompañaba la publicidad de las populares tortugas de chocolate, caramelo y nuez que se vendían en las dulcerías de los cines capitalinos. Crédito: Col. Villasana-Torres
Varias camionetas repartidoras en el interior de la fábrica de chocolates “Larín”, ubicada en Ejército Nacional, a mediados de la década de los cincuenta. Imagen: Col. Villasana-Torres
Vista de la fachada y entrada principal de la fábrica de chocolates y dulces "Larín", ubicada en Ejército Nacional, en una fotografía de la década de los cincuenta. En la toma se aprecia el inconfundible muñequito de la empresa fundada en 1892; hoy en este sitio se encuentra una tienda Sam's Club. Imagen: Col. Villasana-Torres
Una fotografía promocional de los distintos productos de la marca “Larín” a inicios de la década de los ochenta. Algunos de estos productos ya no existen, mientras otros se mantienen hasta nuestros días. Imagen: Col. Angélica Sánchez
Arturo Lomelí, Director de la entonces llamada Guía del Consumidor, posa para la cámara desde el interior de un carrito de un supermercado en el área del chocolate en polvo en 1974. En la mano lleva una lata de Quik sabor a chocolate; del lado derecho se alcanzan a ver las populares marcas Choco – Jet y Milo, entre otras. Crédito: Col. Villasana-Torres
La esquina de Madero y San Juan de Letrán, hoy el Eje Central, a mediados de los años setenta. Se aprecia la famosa tienda de Larín que estaba en la planta baja de la Torre Latinoamericana, y en la acera del lado izquierdo, el restaurante Sanborns de los Azulejos. Crédito: Colección Villasana-Torres
La famosa sucursal de bombones y chocolates Larín que se encontraba en el cruce del Paseo de la Reforma y las avenidas Mariano Escobedo y Melchor Ocampo, hacia 1950. El edificio en donde se encontraba la dulcería fue demolido recientemente. Imagen: Col. Villasana-Torres
Publicidad de “EL GLOBO” del año de 1946, en la que promocionaba sus preciosas cajas de chocolates y sus elegantes bomboneras, tan de moda en aquellos años. La tienda se encontraba en la esquina de Jalapa y Álvaro Obregón, en la colonia Roma. El propietario era Juan Laposse, conocido apellido en la historia dulcera de México. Crédito: Col. Villasana-Torres
Una fotografía del año de 1986, en la que se aprecia la fila de llenado de latas del popular Chocolate en polvo Cal – C- Tose en la planta. Crédito: Col. Villasana-Torres
Una fotografía publicitaria de la línea de chocolates y dulces de la marca Ricolino en el año de 1990. Siempre resulta entretenido observar los cambios de imagen y empaque de ciertos productos al paso del tiempo. Unos siguen y otros viven en el recuerdo. Crédito: Col. Villasana-Torres
18/03/2018 |00:01Redacción |
Redacción El Universal
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Hoy haremos un recorrido por varias de las fábricas de chocolates y sucursales que brindaron un dulce deleite a millones de mexicanos por varias generaciones . Algunas marcas ya desaparecieron, otras se mantienen hasta la actualidad con distintos dueños.

“El cacao (Theobroma cacao) pertenece a la familia de las malváceas, al igual que el algodón y la jamaica. Es la semilla de un árbol que alcanza entre 6 y 10 metros de altura y que se desarrolla bajo el dosel de la selva. Tiene alrededor de 20 parientes cercanos, todos son pequeños árboles de centro y Sudamérica. Theobroma se deriva del griego “alimento de los dioses” y cacao se deriva del náhuatl “cacáhoatl”.

Se considera que esta especie se originó en las selvas de Sudamérica y que fue extendiéndose hasta México. El cacao fue muy valorado en tiempos prehispánicos como moneda de intercambio y en la preparación de la bebida de chocolate, del maya chocolha, y del náhuatl xocolatl. La bebida ceremonial incluía chocolate en forma líquida o semilíquida, harina de maíz, chiles, flores y miel.

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Cristóbal Colón y Hernán Cortés lo llevaron de regreso a España. Más tarde se incluyó el azúcar, la vainilla y la canela a la bebida. El cacao tiene un alto contenido nutricional, es fuente de vitaminas (B1 y ácido fólico) y minerales (potasio, fósforo y magnesio). También se le ha utilizado como remedio medicinal para el asma, debilidad, diarrea, entre otros”.

Crédito: http://www.biodiversidad.gob.mx/