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“Porfirio Díaz
abrió
el Bosque de Chapultepec al público en octubre de 1907 . Los sábados y domingos, una línea de tranvías que llegaba hasta el tramo final del Paseo de la Reforma arrojaba familias provistas de sombrillas y cestos llenos de sándwiches, que se derramaban en las callecillas “donde las frondas se entrelazaban formando bóvedas”, que el ministro Limantour, presidente de la Junta de Mejoras del Parque, había creado.
Don Porfirio había decidido convertir “el querido bosque del pasado”, como le llamaba el cronista Salvador Novo, en un parque a toda regla. Hizo construir calzadillas y banquetas para los peatones y mandó plantar 50 mil fresnos y truenos. Pobló el bosque con fuentes y esculturas. Construyó quioscos, dos lagos ingenuos y artificiales, y varios embarcaderos. Fragmento extraído de “El Bosque del Pasado”, escrito por Héctor de Mauleón, para EL UNIVERSAL el 18 de marzo de 2013.
