"El agua llegaba a la ciudad por dos acueductos , uno que venía por la Verónica, pasaba por San Cosme, el costado norte de la Alameda y terminaba en la Caja de agua de la Mariscala, a espaldas del Teatro de Bellas Artes, y el otro venía por la Calzada de Chapultepec y la Calle de la Quemada hasta el Salto del Agua, en el cruce con la Calle de Tecpan de San Juan". Texto extráido del libro " La Ciudad de los Palacios, crónica de un patrimonio perdido ", de Guillermo Tovar de Teresa.
Al crecer la ciudad, absorbió a poblaciones que a su vez eran abastecidas por otros acueductos como el de Guadalupe y Los Remedios; incluso para surtir del vital liquido en un orden más particular, se hicieron este tipo de estructuras, como por ejemplo en el colegio de Santa Ana o San Ángel, de la orden carmelita, al sur de la ciudad, obra de principios del siglo XVII de Fray Andrés de San Miguel.