Una historia de amor entre una europea y un chamán
Debajo de la ramada de su hogar, donde penden esqueletos de animales marinos y aves, cuernos de venado y objetos esotéricos, el matrimonio conformado por Urska Sefic y Francisco Barnett Morales recibió a EL UNIVERSAL para compartir su historia de amor.
Mientras ven a sus hijos Francisco Anton, de seis años de edad, y Zaah Vincent Barnett Sefic, de cinco años, ríen, se toman de la mano y bromean sobre quien le hizo “chamanería” a quien.
Úrsula, como le dicen los seris, nació en 1972, en Liubliana, la capital de Eslovenia, país soberano de Europa Central. Estudió licenciatura en diseño industrial y se desempeñó como editora y directora en programas de cadenas de televisoras en Inglaterra y Eslovenia. Habla Esloveno, Croata, Inglés, Italiano, Alemán y Español.
Estuvo casi un año en una casa abandonada en Bahía de Kino, ahí un día soñó a Francisco Barnett Astorga saliendo de un temazcal y quince días después lo conoció en persona, era el máximo chamán seri, quienes meses después se convertiría en su suegro.
En su búsqueda interior continuó su viaje por diversos destinos de México, convivió con diversos grupos étnicos quienes le enseñaron a elaborar y vender artesanías, pero se asentó en Sayulita, Nayarit, en la costa del Pacífico, un pequeño paraíso convertido en pueblo mágico.
Tras cancelar la presentación aun grupo de danza al que pertenecía Úrsula. Acamparon en Bahía de Kino, a 28 kilómetros de Punta Chueca, pero les robaron sus pertenencias. Ahí llegó Francisco Barnett, amante de la bohemiada y les dio posada a todos en su casa. El flechazo fue inmediato.
Él le pidió que se quedara en Punta Chueca. Ella se fue con la promesa de volver en tres meses y quedarse para siempre, si lograba dejar esa vida de desenfreno: Los dos cumplieron. Regresó y empezaron una vida juntos.