El pequeño pueblo de San Isidro despidió con música de Juan Gabriel los restos de 14 de sus vecinos que murieron la noche del lunes en la explosión de una casa del mayordomo que también era utilizada como almacén de pirotecnia.
Las calles polvorientas de la comunidad, la iglesia, escuela y los restos de la casa siniestrada, vieron por ultima vez a los once niños y cuatro adultos que fueron reventados por la pirotecnia reservada para festejar al santo patrono el próximo 15 de mayo.
Bajo la mirada de un par de sobrevivientes, con estragos en su rostro y cuerpo por la onda expansiva, los féretros de las víctimas fueron despedidos religiosamente en la iglesia de la localidad, pero siete de los once niños muertos, también le dijeron adiós a su escuela.
"Tú eres la tristeza ay de mis ojos / que lloran en silencio por tu amor / me miro en el espejo y veo mi rostro / el tiempo que he sufrido por tu adiós", se escuchaba al mariachi.
Cientos de personas, algunos calculaban en mil, acompañaron a las víctimas por todo su peregrinar que incluyó la casa donde explotó todo.
Pobladores de comunidades cercanas, bajaron de los cerros para acompañar a sus vecinos y, de paso, formar parte de la tragedia que enlutó a esta región poblana.