Están ante los féretros de sus hijos. Experimentan otra vez su pérdida, pero es necesaria la exhumación para esclarecer la causa de su muerte.
En el Panteón Nuevo de San Pedro está la evidencia que los peritos desentierran para conocer la causa de los decesos de 23 bebés, ocurridos entre enero y septiembre de 2015 en el Hospital General Regional 1 del IMSS, en Culiacán, Sinaloa.
Pequeñas partes de sus músculos, trocitos de tejido y restos óseos toman los forenses de los cuerpecitos.
Hay miedo y coraje, pero los padres admiten que debieron autorizarla en busca de la respuesta científica para determinar si existen responsables de que hoy sólo tengan como recuerdo una foto de sus hijos.
Los peritos forenses de la PGR pidieron a los asistentes al panteón, llevar ropa que después puedan tirar a la basura debido a la exposición de agentes biológicos en el lugar.
Los forenses colocan los féretros arriba de una mesa; quitan la tierra, los limpian. También hay una lona azul en el área para evitar que los rayos del sol se filtren una vez que el ataúd se abra.
Las muestras biológicas serán analizadas en laboratorio por especialistas de la PGR y por Gerardo Moreno, presidente del Colegio Médico Forense y Legal de Sinaloa y perito en medicina legal y forense contratado de forma particular por los padres.
El equipo de criminalística de la PGR toma fotos, video y deja constancia de lo que ahí está ocurriendo.