La construcción de la central que debía reunir 5 regiones comerciales en un punto de Puebla, está concluida pero sin uso; a ninguna empresa le interesó invertir.
Se trata del Nodo Logístico Intermodal La Célula, uno de los proyectos emblemáticos del ex gobernador priísta de Puebla, Mario Marín, y que hoy resiste los embates del sol, viento y polvo de esta región ubicada en los límites con Veracruz.
La obra que originalmente tenía un costo de 180 millones de pesos —inversión que ascendió a 450 millones—se mantiene en pie gracias a la honestidad de los residentes de la región, pues carece de vigilancia y se puede ingresar hasta su corazón sin problema.
La Célula, como es conocido popularmente el puerto seco, buscaba ser un punto de concentración del tránsito para consolidar el corredor Ciudad de México-Veracruz y alentar el comercio de la zona sur-sureste de México.
La obra del marinismo se efectúo en diversas etapas que contemplaron la construcción de la terminal intermodal de 13.5 hectáreas, la urbanización de la zona de actividades logísticas, el recinto fiscal, servicios de agua, telefonía y accesos carreteros.
La administración estatal debió utilizar tierras de mil 219 ejidatarios con la compraventa de 600 hectáreas; sin embargo, a la fecha siguen quejas de la falta de pagos oficiales de inconformes por los bajos costos que pretendían pagar por los terrenos.