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Jornaleros, penumbras invaden sus vidas

En Santa María siempre hay penumbra. Pareciese que el sol sale sólo un rato y después se esconde

A María le parece irónico que el lugar donde vive se llame Santa María. Que lleve el mismo nombre que le puso su madre en Oaxaca, porque en Santa María de Los Pinos no hay más que estrías de agua inmunda.
Niños, hijos de indígenas que llegaron del sur de México y empezaron su vida con un peso menor del que debieran, porque sus cuerpos mal alimentados tal vez nunca se desarrollen en un lugar como Santa María.
Aquí, todas las familias de campesinos van al campo: el marido va al campo, la mujer procrea y va al campo, los niños nacen y también trabajan en los surcos de la fruta que esté de temporada.
Los campesinos viven peor que en sus pueblos, porque sólo hay agua salada que lastima las manos más que la tierra seca.
En Santa María siempre hay penumbra. Pareciese que el sol sale sólo un rato y después se esconde.
Los residentes han llegado a la conclusión que son las corrientes de polvo que se elevan a lo alto y la oscurecen rápidamente.
01/08/2015 |23:01
Redacción El Universal
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