A pesar de que hace 23 años Luis del Hoyo y su familia comenzaron un negocio con la venta de dulces tradicionales, desde que decidieron vender tequila se convirtieron en una suerte de arqueólogos que van recolectando piezas de la historia del mezcal más célebre de México.
Hoy varios coleccionistas acuden al número 154 de la calle Juárez en Tlaquepaque a buscar marcas difíciles de conseguir o porque sólo se distribuyen en otros países