En este lugar, en el municipio de Tlatlaya, hasta el padre Nicolás, de la parroquia de San Pedro Apóstol, se escabulle para no hablar
A 12 meses del enfrentamiento entre militares y un grupo armado que dejó un saldo de 22 muertos, pocos son los pobladores que no evaden las preguntas sobre el ambiente en la zona
El miedo a los integrantes del crimen organizado se impone, y las personas esperan que el Ejército mantenga su presencia
Aquí parece que los habitantes acordaron callar. "Sólo miramos pero no hablamos, y a veces ni siquiera miramos a nadie"
Es como si ellos nos estuvieran observando todo el tiempo... pasan en sus camionetas, en sus motos, y reconocen cuando alguien no es de la región
"Los halcones reportan y avisan si nos ven hablando con alguien foráneo. Ustedes al rato se van a México, pero si nos ven hablando con ustedes, al día siguiente amanecemos muertos", dice una mujer que trabaja en el Hospital San Pedro Limón
La bodega donde ocurrieron los hechos está abierta, a la vera del camino sin cintas amarillas que impidan el paso
Hay varios números pintados que señalan los balazos que quedaron en las paredes del lugar
Son 38 los impactos de bala que están marcados con un plumón negro en las paredes. En medio de la bodega quedan los restos y las cenizas negras de lo que aparentemente fue una gran fogata