Una epidemia de cólera en 1833 obligó a los pobladores de Iztapalapa a ir en peregrinación hacia un santuario que resguardaba la imagen del Señor de la Cuevita para pedirle que cesara la enfermedad. En la imagen, Corona de espinas que es parte de la exhibición permanente en el Museo de las Culturas. Pasión por Iztapalapa. FOTO: JUAN BOITES / EL UNIVERSAL