Gabriela Iturbide jamás ha usado una cámara digital. No le interesa. Sus fotografías nacen del ritual de lo análogo, del cuarto oscuro, los rollos y el revelado.
El ojo de la artista ha creado el universo. Un retrato a una juchiteca, un árbol luchando por sobrevivir, miles de pájaros rumbo al infinito.
Con más de cuatro décadas de trayectoria, los reconocimientos que ha recibido se aglutinan año con año. Mañana recibirá uno más: el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que entrega la FIL Guadalajara.
Graciela Iturbide incursionó en la fotografía al ingresar al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM en 1969, donde conoció al maestro Manuel Álvarez Bravo, con quien trabajó como asistente entre 1970 y 1971.
La artista no se asume como periodista, pero, dice, mañana recibirá con emoción el homenaje.
"Me encanta que me premien por mi trabajo fotográfico, de verdad me da mucho gusto. Es un incentivo para seguir trabajando", expresa Iturbide.