El mítico actor y director teatral José Solé asegura que nunca antes había dirigido montajes para radioteatro, pero gustoso participa en este nostálgico y experimental proyecto de transmitir en vivo histiorias dramatizadas, en estos tiempos de grandes revoluciones.
El auditorio está expectante, sabe que va atestiguar la creación en vivo. Es teatro pero sin mayor escenografía; es actuación pero los actores, aunque caracterizados para su personaje, sostienen las hojas con sus diálogos en las manos.
Redacción
La actriz María Teresa Calderón López trabaja con el maestro José Solé en la adaptación de La señora en su balcón, el montaje que forma parte de un programa dedicado a Elena Garro, en el centenario de su nacimiento.
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Antes de las seis de la tarde, el locutor llama al silencio del auditorio que emocionado mira cómo todo se prepara ante sus ojos.
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Puede ver las botellas de cristal que se harán sonar cuando salga o entre a escena el lechero; el fardo que se dejará caer cuando termine la historia, el plumero, los platos que se habrán de quebrar, el tocadiscos del que saldrá la música y los efectos de sonido que enmarcan las escenas y que permiten a los radioescuchas imaginar.
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En la producción teatral los asistentes son testigos de cómo un hombre mayor y una jovencita en el escenario musicalizan y hacen los sonidos que acompañan a la historia. El radioteatro fue en el pasado un género muy socorrido por las emisoras. Entre 1920 y 1940 tuvo un gran desarrollo en todo el mundo y México no fue la excepción.