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Zaqueo de la Cruz, tenía 97 años cuando su nieto lo cargó durante tres horas, bajo una fina lluvia que caía en las montañas de Guatemala, para huir de la balacera que se registraba en Nuevo México, una comunidad de Amatenango de la Frontera, que era teatro de enfrentamientos de los grupos criminales, pero por la noche de ese día, el hombre murió en Guatemala, probablemente por un resfrío.
Los habitantes de Nuevo México recuerdan que cuando vieron que los criminales se enfrentaban en los solares de sus terrenos, no esperaron más y decidieron huir hacia Guatemala, la única opción que tenían más cerca, ya que a Motozintla, Frontera Comalapa o Amatenango de la Frontera, no podían llegar porque había árboles derribados, rocas, camiones en la carretera y lo más riesgoso, es que era escenario de intensos tiroteos.
Por eso Zaqueo fue cargado con mecapal por una sinuosa carretera de piedra y barro, pero cuando llegó a Ampliación Nuevo Reforma, murió a las pocas horas, porque no soportó el frío de la lluvia, aunque sus conocidos creen que fue como consecuencia del "susto de las balaceras"
Fueron elementos de la Policía Nacional Civil quienes cooperaron para comprar el ataúd para Zaqueo, que fue enterrado en la comunidad Banderas, cercano a Ampliación Nuevo Reforma, donde los guatemaltecos les cedieron un espacio en el cementerio de ese lugar.
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Dionisio López González, de 65 años, asegura que su suegro fue trasladado durante tres horas bajo una fina lluvia que caía en estas montañas. Cuando el hombre que habían nacido en 1927, murió esa noche, la lluvia había arreciado y en ese momento cesaron los enfrentamientos armados.
Un mexicano que pide no ser identificado, está agradecido por el recibimiento que tuvieron el martes por la tarde. "Gracias a Dios, los guatemaltecos nos recibieron con los brazos abiertos".
Agrega que durante dos meses han escuchado los enfrentamientos armados en comunidades cercanas a Nuevo México, lo que les ha provocado constante temor.
Nuevo México, ubicado casi al pie de la carretera federal 201 que corre por la Sierra Madre de Chiapas, había sido escenario de intensos combates de los grupos criminales, pero cuando vieron los carros blindados y hombres con fusiles en sus solares, huyeron a Guatemala.
Dionisio revela que uno de los desplazados logró llegar hasta Nuevo México, pero su sorpresa fue encontrar las casas abiertas, con las pertenencias robadas y muchas ya sin las aves de corral, granos y otras pertenencias que dejaron. El hombre huyó de inmediato ante el temor de encontrarse a los criminales y dio a parte a los desplazados de los que había visto.
Una hija de Zaqueo, Enedina, dijo que durante la huida, no se les ocurrió llevar los documentos personales que tenían guardados en casa. "Ahí se quedaron", explica.
Una mujer guatemalteca informó que el miércoles pudieron ver desde Ampliación Nueva Reforma que un carro como "tanque de guerra" hacia disparos de armas de fuego, pero finalmente, cesaron los enfrentamientos al entrar la noche.
"Tenemos mucho miedo que aquí en Guatemala caían las balas. Las casas son de lámina y estamos vulnerables", explica. "Una mujer ya le cayó una bala cerca de sus pies".
jf