Ocosingo.— El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) conmemoró 30 años de su alzamiento armado con varios eventos que se llevaron a cabo durante tres días, en el poblado Dolores Hidalgo, ubicado en el segundo valle de Ocosingo, lugar hasta donde llegaron miembros del Congreso Nacional Indígena (CNI), actores, mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos y visitantes nacionales y extranjeros.
El subcomandante Moisés, el hombre que estuvo a cargo de la toma de Las Margaritas hace 30 años —después de que fue asesinado el subcomandante Pedro, en la presidencia municipal de ese lugar—, leyó un pronunciamiento en el cual declaró que este 1 de enero de 2024 no están para recordar la caída de compañeros hace 40 o 30 años, sino para que los actuales “tengamos presente el deber”, así como esos compañeros que cumplieron como base de apoyo.
Durante varios días, hombres, mujeres y niños de comunidades de las regiones Selva, Altos, Norte y Fronteriza se concentraron en la antigua finca cerca al río Jataté, donde se producía ganado, queso, maíz y café, que fue invadida a raíz del levantamiento armado de 1994, para participar en los festejos del 30 aniversario con bailables, cantos, obras de teatro y desfiles.
Desde el 29 de diciembre, grupos que procedían de varios estados de México y países de Europa arribaron a Dolores Hidalgo, sede del Caracol VIII, para participar en las conmemoraciones del movimiento armado.
En los primeros minutos de este lunes, el subcomandante Moisés, un hombre de origen tzeltal, quien ha permanecido leal a la organización, habló a los asistentes del evento para decir que “los zapatistas no hemos cumplido. No podemos decir, que ya hemos hecho mucho. Hasta que lleguemos también como a esos compañeros que estamos hablando de hace 30 años, de hace 40 años”.
En su mensaje que Moisés improviso, dijo que los zapatistas “ya no creemos en esos que están gobernando” el mundo, porque son capitalistas, por lo que retó a los asistentes al evento a que se organicen “en cada geografía y cada quien con su calendario”, para enfrentarlo.
Agregó que el capitalismo “no se puede humanizar. Nadie, desde el más pequeño, quiere dejar de engañar, explotar, ni se diga los grandototes. Lo que se necesita es pensar cómo cambiar esto, y nadie nos va a decir como, somos nosotros los pueblos, los hombres. Nosotros vamos a seguir ese camino y nos vamos a defender”.
Moisés dijo que los zapatistas “estamos solos como hace 30 años”, pero de esa forma “hemos descubierto ese nuevo camino que vamos a seguir en común”.
Y como en 1994, los zapatistas “aquí estamos y aquí vivimos”, trabajando en un autogobierno donde “el pueblo manda y el gobierno obedece y los medios de producción es en común”.
El hombre de confianza de el subcomandante Marcos explicó que “el pueblo tiene que gobernarse por sí mismo. No necesitamos de esos que están ahí (en el poder). Ellos creen que saben todo. Por eso el pueblo tiene que saber gobernarse. Compañeros zapatistas, eso es lo que demostramos hace 30 años”.
Agregó que en estos años de lucha, los zapatistas “vamos a seguir en este camino y nos vamos a defender”, solo que ahora “no necesitamos matar a los soldados y a los malos gobiernos, pero si vienen (a nuestras comunidades) nos vamos a defender”.
Hace dos meses, los zapatistas anunciaron la desaparición de los Municipios Autónomos Rebeldes y los Caracoles, donde resolvían problemas comunitarios, se impulsaban proyectos y programas de educación y salud.
Además, denunciaron que varias alcaldías de Chiapas estaban en poder de alcaldes ligados a organizaciones criminales y se registraban bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado de jóvenes y enfrentamientos armados.
Treinta años después del levantamiento armado, el EZLN está en inmerso en una crisis generada por la deserción de varios cuadros, como el comandante Tacho, originario de la comunidad Guadalupe Tepeyac, del municipio de Las Margaritas, así como milicianos que participaron en la toma de cabeceras municipales en 1994, pero que hoy se encuentran en Estados Unidos trabajando en la construcción, restaurantes, zonas agrícolas y ganaderas.
Por la mañana de ayer, los asistentes al evento empezaron a retornar a sus lugares de origen, después de tres días de haber permanecido en Dolores Hidalgo.