Cuatro trabajadores de la empresa Gasoducto Aguaprieta que fueron sorprendidos dentro de los linderos de la reserva indígena yaqui, en las proximidades de Loma de Bácum, quienes buscaban rehabilitar un conducto dañado, fueron retenidos y juzgados bajo los usos y costumbres de la etnia, para luego ser entregados ante la representación del Ministerio Público de Bácum. Los empleados fueron retenidos el pasado martes en el kilómetro 28, cuando acudieron en dos vehículos escoltados por agentes de la Policía Federal, para rehabilitar un ducto perforado.
La etnia les advirtió que por ser la primera vez no habría consecuencias, pero les informaron que tanto los trabajadores como la compañía tienen prohibido el paso al territorio sagrado de la tribu. Guadalupe Flores, miembro de la tropa Yoreme de Loma de Bácum, declaró que las perforaciones que tiene el gasoducto no son recientes y que emana sólo aire, pues si tuviera gas al hacer contacto con el oxígeno hubiera provocado una explosión.
Gasoducto Aguaprieta comunicó que el tramo Guaymas-El Oro cuenta con gas natural que suministra a las plantas de la Comisión Federal de Electricidad en Sonora, por lo que responsabilizará a los responsables del sabotaje.
El delegado de Gobernación en Sonora, Wenceslao Cota, dijo que habrá consecuencias a quienes provocaron daños al gasoducto y la empresa IEnova debe formular las denuncias por conductas que pueden representar un ilícito.
La reacción de la tribu yaqui se debió a que desde el 6 de abril del 2016, la etnia cuenta con el amparo de una juez federal, con sede en ciudad Obregón, que ordenó la suspensión de la obra del ducto, en tanto que la empresa continuó con la colocación de la infraestructura, precisó Flores.