A pesar de que este sexenio apunta a ser uno de los más violentos de la historia reciente de México, el factor seguridad no parece haberle cobrado la factura a los partidos políticos en la mayoría de los municipios que gobiernan.
En una revisión realizada a las 50 demarcaciones que tienen más homicidios con arma de fuego, se halló que sólo 17 de ellas cambiaron de partido en la elección del domingo pasado, y los 33 restantes decidieron refrendar el mismo instituto que habían elegido desde 2021. Las alcaldías fueron seleccionadas con base en el cruce de datos de información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los Programas de Resultados Preliminares (PREP) y de los institutos electorales estatales.
De los 17 que modificaron el color de partido, ocho fueron en favor de Morena, cinco en favor del PAN-PRI-PRD, dos en favor de Movimiento Ciudadano, uno en favor del Partido Verde y otro más en beneficio de un independiente.
Los 50 municipios con más homicidios se concentran en 16 estados: Baja California, Chihuahua, Ciudad de México, Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas.
Celine González, autora del informe Democracia vulnerada: El crimen organizado en las elecciones y la administración pública en México, publicado por la organización civil México Evalúa, comenta en entrevista que los estudios académicos reflejan que el tema de la seguridad pública tiene poco peso en las decisiones electorales.
“Es un factor que debería afectar mucho más los procesos electorales, pero no es así; la materia económica sí es un factor que mueve las decisiones electorales”, comenta.
Lo que sí observamos, agrega la especialista que también participó en el proyecto Votar entre balas en conjunto con la organización civil Data Cívica, es que “en 11 de los 15 municipios con mayor número de víctimas de violencia electoral hubo una disminución en la participación en las urnas”.
En la elección del pasado domingo, las personas candidatas del partido Morena y sus aliados, Partido Verde y Partido del Trabajo, principalmente, resultaron ganadoras en 29 de los 50 municipios con más homicidios. Esto representa cuatro localidades más de las 25 que ganaron en la elección de 2018, según información capturada de los organismos electorales de los estados analizados para esta nota.
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Son pocos los lugares en los que los hechos violentos parecen haber generado un cambio.
El lunes 1 de abril, Gisela Gaytán Gutiérrez, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, fue asesinada a balazos en un acto de campaña. El pasado domingo 2 de junio, las y los habitantes de ese municipio guanajuatense decidieron votar por Juan Miguel Ramírez, la persona que Morena designó para ocupar la candidatura tras el asesinato de su compañera de partido; rompieron con años de control político del PAN.
“Juan Miguel Ramírez apenas hizo campaña, le quedó un mes después del asesinato de su compañera, luego el PAN lo impugnó y, a pesar de ello, ganó por una diferencia brutal de casi 12 puntos porcentuales”, explica vía telefónica Arnoldo Cuéllar, periodista director del portal guanajuatense PopLab.
Pero no fue el único municipio guanajuatense que dio una sacudida política a la hegemonía panista: en Salvatierra y Valle de Santiago, municipios del listado seleccionado para la revisión de resultados electorales, también cambiaron a Morena. Si hubo un efecto electoral de la violencia en estas zonas de Guanajuato, este operó en favor del partido y del gobierno guinda, a pesar de ser el responsable directo del combate al crimen organizado.
Pero la mayoría de los municipios decidieron mantener a sus partidos. Por ejemplo: León, Colima, Chihuahua, Morelia o Cuernavaca prefirieron continuar con el PAN y sus aliados, PRI y PRD. Otro ejemplo es que Movimiento Ciudadano refrendó en Zapopan. Además, los electores ratificaron a Morena en Tijuana, Cajeme, Manzanillo, Ecatepec e Iztapalapa, entre otros.