En Puebla hay por lo menos 549 centros de salud, 30 hospitales comunitarios y dos de la mujer, pero de ellos, sólo un nosocomio se encuentra en el municipio nahua de Cuetzalan del Progreso, mismo que resulta insuficiente para sus habitantes, distribuidos en 162 localidades.

Pese a ser un derecho humano e internacional, en Cuetzalan la salud no está garantizada: para ejemplo, la junta auxiliar de Xocoyolo, que con sus ocho comunidades y siete localidades, en 14 julio pasado tuvo un médico por primera vez en su historia.

La llegada desde Tamaulipas de la doctora Coral Anais Medina no fue coincidencia, mucho menos un logro gubernamental, fue el resultado del esfuerzo comunitario, de hombres y mujeres de la Junta Auxiliar, quienes frente al Covid-19 y con sus propios recursos levantaron su dispensario médico,“La esperanza de Xocoyolo”.

“Lo único que hemos buscado por años es tener acceso digno a la salud, ante repetidas negativas acondicionamos un espacio en la presidencia auxiliar para dar consultas. Aquí casi todo es donado, la cama y el escritorio, son prestados, los tenemos que devolver”, platica en entrevista Araceli Cerqueda, enfermera jubilada del IMSS y hoy voluntaria del dispensario.

La pandemia trajo a Xocoyolo preocupación, incluso antes de infectar a su primer víctima, pues aquí, según las autoridades comunitarias, el 90% de su población no cuenta con recursos para acceder a los servicios de salud y un groso de los habitantes padecen enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, que podrían complicarse aún más si se contrajera Covid-19. En esta tierra indígena tampoco hay sistema de agua potable y drenaje.

“Hicimos un recorrido por las comunidades para dar a conocer el dispensario y detectamos que hay por lo menos unos 350 diabéticos. Es una situación muy grave, se trata incluso personas de 20 años ya con la enfermedad”, narra Araceli.

Hasta ahora, en el dispensario se han detectado cinco casos probables de coronavirus, todos se han tratado aquí mismo, con recursos propios y donaciones. Acudir a un hospital Covid sería riesgoso y tomaría horas de traslado, señalan.

La esperanza

Hasta antes de abril, los habitantes de Xocoyolo recibían atención médica en el hospital de Cuetzalan, otros tenían que ir al municipio vecino de Zacapoaxtla, pero con el coronavirus las consultas de seguimiento a enfermedades crónicas se suspendieron, lo que ha afectado aún más la salud de mujeres y hombres.

“Pacientes con diabetes o presión alta vieron suspendido su tratamiento y los casos se han descontrolado. Algo que no debemos olvidar es que aunque está el Covid hay otras enfermedades graves que requieren atenderse”, narra la doctora Coral.

Aunque en Xocoyolo existen algunas Casas de Salud, sus pobladores señalan que se encuentran en malas condiciones o son atendidass por personal no especializado, incluso que son utilizadas para estacionar motocicletas o dejar borregos. Debido a la falta de un médico, en estos espacios sólo se pueden medir y pesar pacientes. Trasladarse al hospital o centro de salud más cercano toma al menos 40 minutos, si se cuenta con auto particular.

“Hay una casa de salud que sí tiene consultorios, nuestra idea inicial era nosotros traer al médico y que nos prestaran las instalaciones –que son de la Secretaría de Salud estatal–, al principio nos dijeron que sí, pero después nos señalaron que sólo nos lo iban a facilitar cuatro horas, lo cual es insuficiente para ofrecer atención medica”, explica Araceli.

El temor

Con mes y medio funcionando, la demanda de “La esperanza de Xocoyolo” cada día aumenta más. Según relatan sus enfermeras voluntarias, se pueden dar hasta 16 consultas diarias y a veces es necesario que en el mismo espacio –de seis por tres metros– se le dé consulta a un paciente y se le hagan curaciones a otro.

“Tenemos necesidad de insumos, que conforme pasa el tiempo se nos agotan. Para atenderse por todo un mes los pobladores donan 150 pesos por familia, eso incluye cobertura para todos su miembros, y los medicamentos, si los tenemos”, explica Araceli.

De esas donaciones sale una parte del sueldo de la médico y también recursos para comprar insumos médicos, que nunca son suficientes.

“Nos ayudaría mucho tener una cama de exploración y por la distancia a la que están los hospitales un tanque de oxígeno (…) Lancetas para glucosa también nos hacen falta”, señala la doctora Coral.

Hasta ahora, los pobladores de Xocoyolo han intentando hacer gestiones con los tres niveles de gobierno, pero sus voces no han sido atendidas. Recientemente se reunieron con el Secretario de Gobierno estatal, quien dijo analizará su petición.

Asimismo, narran que en una visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Zacapoaxtla, en octubre pasado, entregaron una carta solicitando su apoyo, pero nunca hubo respuesta. A nivel municipal, el edil Gerson Calixto Dattoli les señaló que no podía ayudarlos porque recortaron las participaciones y sólo les entregó una báscula carcomida por óxido.

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