Chilpancingo.— Desde hace 11 días, denunciaron pobladores, la comunidad de Rincón de Chautla, en Chilapa, Guerrero, se encuentra sitiada por unos 200 hombres armados, presuntos integrantes de la banda delictiva Los Ardillos. Nadie puede salir ni entrar; ni los militares han logrado ingresar.
Vía telefónica, los habitantes de este poblado narraron que la noche del 19 de diciembre pasado, en la inmediaciones de Rincón de Chautla se dio un enfrentamiento entre grupos de pobladores, tras lo cual arribaron integrantes del grupo autodenominado Policía Comunitaria por la Paz y Justicia, a quien autoridades vinculan con la banda delictiva Los Ardillos.
Tras llegar a la zona, con el pretexto de resolver la riña, unos 200 integrantes de ese grupo se colocaron diversos puntos de la comunidad. Desde entonces, los armados continúan en Rincón de Chautla, impidiendo el ingreso de externos y la salida de pobladores, quienes aseguran haber recibido constantes amenazas de que serán atacados. Además de que los alimentos comienzan a escasear.
Al respecto, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado informó que en días pasados envió a efectivos del Ejército y de la Policía Estatal hasta la comunidad; sin embargo, se impidió el paso. Los del grupo Paz y Justicia les exigieron que se fueran.
El presunto grupo de comunitarios ha sido responsabilizado por la incursión que hicieron unos 300 armados en mayo de 2015 a la cabecera municipal de Chilapa, donde desaparecieron por lo menos 16 jóvenes, de quienes nada se ha vuelto a saber.
El origen. Pobladores de Rincón de Chautla explicaron que la acción del grupo Paz y Justicia obedece a que en la comunidad opera un grupo de la Policía Comunitaria adherida a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), lo cual acorta el margen de operación de los presuntos comunitarios.
Además, los habitantes señalaron que este grupo controla todo el corredor, que comienza en la localidad de Atzacualoya, Chilapa, hasta llegar al municipio de José Joaquín Herrera. Alertaron que en esa región son unas 18 comunidades las que están siendo sometidas por el grupo delictivo. En esas regiones, explicaron, hay operadores de Los Ardillos, desde donde ordenan asesinatos y desapariciones.
Incluso, dijeron que en el municipio de José Joaquín Herrera opera uno de los principales líderes de esa banda: Constantino Chino García, a quien señalaron como el responsable de provocar decenas de desapariciones.
Desde el 27 de diciembre, los presuntos comunitarios instalaron retenes y evitan el paso a transporte público y camiones repartidores de alimentos.