Zacatecas.— La espiral de violencia que aqueja al estado pudiera prolongarse por diversos factores, entre ellos, la férrea pugna que tienen los grupos delictivos por el control del territorio, en medio de un cambio de gobierno, explicó el investigador Edgar Záyago Lau, director de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas.
El especialista explicó que no se pueden perder de vista tres elementos importantes que atañen a Zacatecas: su ubicación geográfica, su situación socioeconómica y el modelo de negocio usado por la delincuencia organizada.
“Como ocurre en cualquier modelo de negocios, mientras se aplican los ajustes, se pueden generar lagunas, espacios de no presencia y curvas de aprendizaje que son aprovechados por los grupos criminales”, afirmó.
Záyago Lau ejemplificó que, en el mercado regular, las empresas legales dirimen conflictos con demandas ante las instancias y cuentan con abogados: “En lo ilegal no existe eso, al no haber una autoridad que medie, al no existir un marco regulador, simplemente todo lo hacen a través de la violencia y del amedrentamiento”, explicó.
El politólogo, especializado en análisis de modelos económicos y de seguridad, afirmó que un punto importante es la ubicación geográfica, pues al ser un estado grande, conecta con muchas entidades del país y permite una conectividad estratégica para establecer las rutas y desplazamiento del trasiego de drogas.
“Por ende, automáticamente todo el estado se vuelve un espacio de distribución como si fuera una aduana de paso”.
Consideró que no se ve que se termine la violencia en lo inmediato, debido a que los gobiernos estatal y federal están “en una carrera al infierno”, porque invierten en policías, en agencias de seguridad y armas para dirimir los efectos de la violencia, pero la reacción entra en un círculo que también genera y alarga la violencia.