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Violencia paraliza a tres municipios de la Costa Grande

Pese al despliegue de elementos de la policía estatal, los pobladores no salen

Militares realizan patrullajes en Tecpan de Galeana. Ayer, la zona continuaba con toques de queda y vigilancia de las autoridades. Foto: Emiliano Torres / 24 MM
30/10/2024 |04:00
Arturo de Dios Palma
Corresponsal en GuerreroVer perfil

Chilpancingo.— Tecpan y los municipios vecinos de San Jerónimo y Atoyac, en la Costa Grande de Guerrero, no pueden recuperar todavía su cotidianidad.

Han pasado seis días desde que un comando —que se autodenominó Grupo Nueva Generación (GNG)— irrumpió en la cabecera municipal de Tecpan, donde se enfrentaron con policías locales y el Ejército, con un saldo de 10 muertos, entre ellos dos agentes.

Según el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el comando tenía como objetivo atacar a la organización criminal Los Granados, que lleva al menos dos décadas de controlar los municipios de Tecpan, San Jerónimo y Atoyac.

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Tras los enfrentamientos del jueves, muchos hombres del GNG huyeron hacia los cerros y a los pueblos cercanos para esconderse.

Algunos ya comenzaron a ser vistos en San Jerónimo y Atoyac. Su presencia tiene en vilo a la población de estos tres municipios, pues siguen los enfrentamientos.

No hay clases, y ni profesores ni padres de familias se arriesgan a enviar a los niños a las escuelas.

Nadie sale a los parques. El transporte público para en cuanto cae el sol. El comercio no tiene horario fijo, depende de que no haya alerta por una balacera.

Muchos comerciantes de plano no abren como medida de seguridad. Los mercados lucen medio vacíos, las calles igual. La gente sale sólo para lo indispensable.

Despliegan militares

En la región de la Costa Grande hay una fuerte presencia de soldados del Ejército y de la Guardia Nacional, marinos y policías. Ayer llegaron más policías estatales y ni así para la violencia.

El pasado lunes, en Atoyac, asesinaron al coordinador de la Policía Estatal en la región Sierra, el suboficial Raúl Luján Molina. Ese mismo día en la comunidad El Carrizal, en Tecpan, en plena playa, se enfrentaron civiles armados.

La presencia de policías y militares tampoco genera certeza.

En este escenario, los cuatro obispos de Guerrero pidieron a las autoridades acciones concretas para detener la violencia.

“Hemos soñado la paz día con día; sin embargo, las luchas de poder en torno a intereses parciales se hacen cada vez más fuertes porque cuentan con la complicidad, tolerancia o indiferencia de muchos que deberían promover y asegurar la justicia, la legalidad y la seguridad”, escribieron en un comunicado.

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