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oaxaca@eluniversal.com.mx
Tuxtepec.- En las tranquilas aguas que se extienden sobre dos kilómetros de largo y forman el arroyo Sal, en Santa Úrsula, una agencia de Tuxtepec, viven decenas de tortugas resguardadas por los chinantecos de la comunidad, quienes así buscan evitar su extinción.
Las huéspedes de rígidos caparazones que habitan el arroyo pertenecen principalmente a las especies Tres lomos, Pinta y Blanca, y son custodiadas porque los habitantes de Santa Úrsula aseguran que por las noches han detectado la presencia de personas ajenas a la población, quienes se internan en la zona del afluente.
Esta situación mantiene en alerta a los pobladores, quienes se turnan para montar guardia, puesto que piensan que puede tratarse de cacería clandestina, de acuerdo con Gabino Vicente Francisco, agente muncipal de esta comunidad ubicada 20 kilómetros al sur de Tuxtepec.
Defensa de la tierra. Para Santa Úrsula, el arroyo Sal es sinónimo de vida. Además de su fauna, desde hace 80 años es la única fuente de agua para la población y actualmente beneficia a unos mil 300 pobladores de este pueblo, así como a 700 más de la zona ejidal Los Reyes.
Pero la vida que nace de este arroyo no sólo es apreciada por los chinantecos, también las empresas han comenzado a codiciarla. En 2010, por ejemplo, Grupo Comexhidro inició con actividades de tala de árboles a lo largo de un kilómetro a la orilla del arroyo. La firma pretendía instalar una pequeña central hidroeléctrica cerca de la presa Cerro de Oro, que colinda con el manantial que alimenta al arroyo Sal.
Gabino Vicente Francisco indica que sin consulta previa e información limitada sobre los trabajos, la empresa compró a ejidatarios de Los Reyes terrenos al margen del afluente y realizó el dragado del lugar; fue entonces cuando comenzó la defensa.
Con apoyo del grupo internacional Accountability Counsel, así como otras organizaciones defensoras del medio ambiente, lograron correr a la empresa y frenar ese proyecto.
“No estamos en contra del desarrollo, pero sí contra la imposición de proyectos sin consulta”, destaca.
Los próximos guardianes. Ahora, no es una hidroeléctrica la que amenaza su arroyo, sino el saqueo de las poblaciones de tortugas, las cuales llegaron a este afluente en junio del 2014, cuando a través de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), alumnos del nivel básico y población en general realizaron la liberación de 200 tortugas de la especie Pinta en esta comunidad y 300 más en la población vecina de Los Reyes, quienes se unieron para apoyar en la defensa de este espacio natural.
“El problema es que la Secretaría de Medio Ambiente no le dio seguimiento al proyecto, por lo que se desconoce cuántas tortugas sobreviven actualmente, de ahí la importancia de proteger a las que existen”, asegura el agente. Con esa convicción, en Santa Úrsula la protección de su arroyo es una de sus prioridades, por lo que niños y adolescentes son educados para ser los próximos guardianes.
“Se busca fomentar el amor por su entorno, desde situaciones básicas como cuidar el agua y no tirar basura, hasta ser parte de las acciones, entre ellas las de vigilancia, que se hacen a favor del arroyo Sal”, explicó Gabino Vicente Francisco.