Ciudad Juárez.— A unos minutos de que el reloj marcara las 10 de la mañana, a la mitad del río Bravo comenzó a tocar el mariachi el Cielito Lindo, como aviso de que la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, se abriría para que más de 300 familias se unieran en el evento Abrazos No Muros.
En medio de una crisis migrante que tiene varados a cientos de venezolanos en la frontera, la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (Border Network for Human Rights) logró por novena ocasión que familias que tenían cinco, 10 y hasta 20 años sin verse, pudieran darse un abrazo de tres minutos.
Entre esas personas estaba Teresa, quien desde hace cuatro años no podía ver ni abrazar a su hijo, debido a que él tuvo que huir de Ciudad Juárez para solicitar asilo político a Estados Unidos, luego de haber sido víctima de dos atentados.
“Te amo, hijo, te amo”, le gritaba desde la mitad del río a César, quien tiene 38 años y ahora vive en El Paso, Texas.
“Tenía cuatro años sin verlo, hace cuatro años se fue, pidió asilo político”, dijo Teresa en entrevista con EL UNIVERSAL.
Además de su madre, a César lo visitaron 13 integrantes más de su familia, quienes entre lágrimas se despidieron de él al concluir los 180 segundos que tuvieron para verse y abrazarse.
“Es algo muy bonito, el verlo vivo aunque está lejos, verlo bien, que su esposa y sus hijos están bien, y hasta un bisnieto tengo ya, aquí lo acabo de conocer. Sigan haciendo este evento, sigan moviendo corazones para que podamos ver a nuestros seres queridos”, dijo la mujer llorando.
Acudieron desde Arizona
Don Ernesto Pérez Sánchez expuso que no logró dormir un día antes, debido a la emoción que le daba el poder ver a su hermana, quien viajó desde Phoenix, Arizona, a El Paso, Texas, para poder participar en el evento.
“Tengo 10 años sin verla, yo vivo en Juárez, y olvídese casi quiero llorar, pero me aguanto. Es una satisfacción muy grande darle un abrazo a mi hermana, vernos y convivir aunque sea poco. Me da mucha alegría que ella esté bien y tenga una vida bien aunque sea lejos”, comentó don Ernesto.
En este caso acudió toda la familia, quienes con pañoletas en color amarillo, trataban de llamar la atención de sus parientes que estaban del lado americano.
Al evento también acudió Esteban, quien pudo abrazar a su hija Miriam, de ocho años. La menor vive en El Paso, Texas, y desde hace dos años no podía verla.
“No sé cómo explicarlo, la extrañaba mucho, tenía muchas ganas de verla y espero poder estar con ella, teníamos mucho tiempo sin vernos”, manifestó Esteban Chavarría.
Un evento de unión y exigencia
El evento Abrazos No Muros es organizado por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (Border Network for Human Rights), quienes además de unir a las familias migrantes, buscan protestar por la separación de las personas y pedir por una reforma migratoria.
Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza, expresó que desde 2016 se comenzó con este evento, ya que en ese entonces la deportación y separación de familias estaba en auge.
“Todos hablábamos de que había una política que criminalizaba al migrante, que abusaba del migrante, que militarizaba la frontera, pero nadie hablaba del impacto de esa política en las familias latinas”, dijo Fernando.
Por ello, aseguró que se lleva a cabo este evento como un acto de humanidad, pero también de protesta: “Para decirle al sistema que las familias no tienen que estar separadas y que las familias latinas también cuentan”.
A la mitad del río Bravo se escucharon los himnos de Estados Unidos y México, y también se pidió un minuto de silencio por las personas que tienen un familiar muerto por cruzar la frontera, ya que durante este año se ha tenido un récord de migrantes fallecidos mientras intentan cruzar.
En el evento también estuvieron presentes congresistas americanos y activistas, quienes destacaron la importancia de que las familias y las fronteras se mantengan unidas.
Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal de Ciudad Juárez, acudió al evento y expresó que la labor que realiza la Red Fronteriza es muy conmovedora, ya que promueve el amor, la integración y la unión de las familias.
En punto de las 10 de la mañana, a la mitad del río Bravo, la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas se abrió para que más de 300 familias se unieran en el evento Abrazos No Muros.
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