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Más de 9 mil centroamericanos que transitan por México, ayer pidieron aventón a choferes de tráileres, camiones y camionetas, para llegar a la frontera con Estados Unidos, donde planean pedir asilo.
Sobre carreteras de Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato y Jalisco numerosos grupos de migrantes viajaban trepados en los vehículos o se les miraba caminando.
Durante la madrugada, casi 4 mil abandonaron el estadio Jesús Martínez Palillo, en la Ciudad de México, para continuar su ruta hacia Estados Unidos, pasaron por Hidalgo y se siguieron a Querétaro. Los que el pasado jueves se adelantaron al grupo llegaron a Guanajuato y Jalisco.
Mientras, los integrantes de la segunda y tercera caravanas, anoche arribaron al sur de Veracruz.
Ayer, el padre Alejandro Solalinde se sumó a la coordinación de movilidad de la tercera y última caravana de migrantes en Matías Romero, Oaxaca, para trasladarlos a Juan Rodríguez Clara, Veracruz, bajo la vigilancia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Grupo Beta, de la Policía Federal (PF) y varias dependencias del gobierno de Oaxaca.
El director del albergue Hermanos en el Camino informó que se integró después de ver que esta caravana iba sin orden y sin guía con el riesgo de que sus integrantes sufrieran algún tipo de secuestro, como han tenido el registro en otros grupos; ante eso, para tener mejor control se levantó un censo, el cual arrojó que son mil 500, en su mayoría salvadoreños.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) estableció que “el gobierno de México no ha aceptado de manera verbal o escrita algún acuerdo [con Estados Unidos] sobre cooperación en materia de procesamiento de solicitudes de refugio o asilo” de integrantes de la Caravana Migrante.
El viernes, Donald Trump firmó una proclama que suspende por tres meses las solicitudes de asilo de personas que entren ilegalmente a la Unión Americana por la frontera con México. Los destinatarios de la medida son los participantes oriundos de Honduras, El Salvador y Guatemala.
La Cancillería mexicana destacó: “La importancia de continuar con los esfuerzos conjuntos con Estados Unidos y los países del Triángulo del Norte de Centroamérica, desde una perspectiva de responsabilidad compartida”.
Dejan la Ciudad de México. Por una semana las gradas del “Palillo” se convirtieron en camas para los más de 5 mil migrantes que hicieron escala en la capital del país con la esperanza de conseguir autobuses que los trasladaran a la frontera norte, al no conseguir su propósito, el pasado viernes unos 800 abandonaron el lugar, y la madrugada de ayer, otros 4 mil.
Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX), informó que se quedaron alrededor de 170 migrantes de los cuales 70 (40 hombres, 20 mujeres y 10 niños) solicitaron su repatriación y 100 han manifestado su interés por quedarse en México.
Desde las 3:30 de la mañana alistaron sus pocas pertenencias y minutos después de las cinco dejaron las instalaciones deportivas para abordar el Metro en la estación Ciudad Deportiva y dirigirse hasta Cuatro Caminos, donde continuarían su travesía a Querétaro.
Para las 5:30 horas, alrededor de 3 mil migrantes abordaron tres convoyes del Sistema de Transporte Colectivo Metro, el cual abrió una hora antes de lo acostumbrado en sábados —seis de la mañana— para que la caravana se desplazara.
La empresa Autotransportes México-Melchor Ocampo S.A., (Ammosa) apoyó con 50 autobuses a los migrantes que llegaron a la caseta de cobro de la autopista México-Querétaro, a quienes llevó gratuitamente a Tepeji del Río de Ocampo, Hidalgo.
El suplicio de los niños. “¡Ya no quiero caminar!”, gritaba una y otra vez Jason, de ocho años, quien tomaba de la mano a su madre Jocelyn para no perderla entre la multitud. La mujer, de 32 años, viaja acompañada de su esposo y sus dos hijos de cinco y ocho años. Originarios de Honduras, buscan llegar a Estados Unidos para conseguir un empleo y tener una mejor vida.
A diferencia del viernes, cuando sólo partieron, en su mayoría, hombres que viajan solos, la mañana del sábado el éxodo estaba conformado por mujeres y niños.
***Con información de Juan Arvizu