Ciudad Juárez.— La búsqueda de sus hijas, en algunos casos durante más de 15 años, ha llevado a que las madres juarenses mueran sin saber qué pasó con ellas, si siguen con vida o murieron.
Durante el paso de los años, las búsquedas han desgastado su salud con enfermedades como diabetes, hipertensión o cáncer.
En este 2024, de acuerdo con la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, dos madres buscadoras han muerto sin saber qué fue de sus hijas. El primer caso ocurrió en enero pasado cuando la señora María del Carmen Cardona Mancinas murió en la búsqueda de su hija María de la Luz Hernández Cardona, quien desapareció el 25 de noviembre de 2011 cuando apenas tenía 18 años.
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El segundo caso ocurrió el 29 de agosto pasado cuando la señora Luz del Carmen Flores falleció por complicaciones de salud. La mujer buscaba desde el 4 de agosto de 2008 a su hija Luz Angélica Mena Flores.
El 2 de agosto de este año encabezó la última marcha para exigir justicia, la cual se realizó desde el Hotel Verde hacia la Catedral de Ciudad Juárez.
Mueren preocupadas
Yadira Cortés Castillo, integrante de la Red Mesa de Mujeres, explica en entrevista con EL UNIVERSAL que la muerte de las madres buscadoras es una de las situaciones más dolorosas que existe, ya que ven cómo la salud de las madres se desgasta y mueren sin encontrar a sus hijas.
Las integrantes de la red se involucran de lleno con los casos, sobre todo en los ocurridos en los años 90 y 2000, cuando esta situación no era tan visibilizada, por lo que han visto de cerca cómo la salud de las madres se deteriora desde el momento en que desaparecen sus hijas.
“En el caso de María del Carmen, ella falleció en enero de 2024. Con ella tuvimos un recorrido muy cercano y doloroso, tanto por la búsqueda [de su hija] como por su salud.
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“En la red vemos cómo va de la mano estar buscando a sus hijas y el deterioro de la salud, la cual se coloca en una condición no prioritaria. Se empieza a descuidar el sueño, el alimento y ya no digamos los medicamentos. Y si ya había alguna enfermedad, se va afectando o se presenta con mayor facilidad”, comentó.
Refiere que como organización dentro del acompañamiento sicosocial que llevan con las madres, recalcan la importancia de atender su salud, ya sea acompañándolas al médico o revisar su condición antes de los rastreos y así saber si existe o no riesgo de realizarlos.
“Las circunstancias nos pueden superar, como en el caso de la señora María Cardona. Cuando desapareció su hija en 2011 ella tenía una condición de salud y su esposo también. Su esposo falleció al poco tiempo de la desaparición de su hija, y la señora después de 13 o 14 años de búsqueda. Sin embargo, sus males empezaron a agravarse hace cinco años con diabetes y después falla renal, diálisis hasta que murió”.
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Incluso con las enfermedades que enfrentan, la preocupación de saber quién buscará a sus hijas al morir ellas, también forma parte de las razones de seguir vivas.
“Por lo que he visto, ellas siguen con vida hasta el último momento que su cuerpo les permite por la necesidad de localizar a sus hijas, de saber qué pasó con sus vidas, por el miedo de que cuando ellas falten ya nadie las busque. Doña Carmen nos encargaba a su hija, ha sido difícil, pero seguimos en la búsqueda”, explica Yadira Cortés.
Señala que al morir las madres, una hija o un hijo son quienes se quedan al frente, dando seguimiento a la carpeta de la investigación.
Es dolor e impotencia
Para las organizaciones que acompañan a las madres de desaparecidas, el hecho de que su salud se deteriore y mueran genera impotencia y dolor de no poder ayudarlas a dar con el paradero con vida de sus hijas. “Uno aprende a convivir con ellas, a quererlas, cuidarlas y claro que la impotencia es trasladada a nuestra persona, no sólo porque no saben finalmente qué pasó con sus hijas, sino también en el tema de que no hay respuesta adecuada de las instancias, no sólo en la búsqueda, sino en el acceso a la salud, becas o prestaciones para los hijos de desaparecidas y demás”, explica.
Organizaciones como Red Mesa de Mujeres en Ciudad Juárez caminan de la mano con las madres de mujeres desaparecidas desde hace más de 15 años para acompañarlas en la búsqueda con vida y también en el acceso a la salud, reparación del daño, ayuda asistencial, jurídica, entre otros aspectos.