Zacatecas.— Noria de San Pantaleón es uno de los pueblos fantasma ubicados en el municipio de Sombrerete. Aunque en la época del virreinato fue muy próspero por su vocación minera, al cierre de esta actividad en el siglo pasado, quedó en ruinas y cada 27 de julio recobra vida con una doble devoción: al santo patrono del pueblo, así como el culto a la Santa Muerte.

Entre los relatos de los pobladores se cuenta que este doble culto comenzó con los mineros, quienes aparte de colgarse una cruz en el cuello, portaban una imagen de la Santa Muerte; según los relatos de los cronistas, se cree que entre 1940 y 1950 se elaboró la primera imagen de la Santa Muerte que, los mismos habitantes refieren, estuvo durante años al interior de la iglesia de San Pantaleón.

Fue así como esta doble devoción fue creciendo, hasta que, al empezar este siglo, la imagen se quemó, presuntamente por un accidente con una veladora, pero también ocurrió cuando las autoridades de la Iglesia católica determinaron sacar la imagen del templo.

El doble culto comenzó con los mineros; entre 1940 y 1950 se elaboró la primera imagen de la Niña Blanca que durante años estuvo dentro de la Iglesia Foto: Diana Valdez/ EL UNIVERSAL
El doble culto comenzó con los mineros; entre 1940 y 1950 se elaboró la primera imagen de la Niña Blanca que durante años estuvo dentro de la Iglesia Foto: Diana Valdez/ EL UNIVERSAL

Sin embargo, personas que fueron sus cuidadoras y fieles devotas rescataron la cabeza de la efigie y luego mandaron hacer una nueva que fue colocada en una capilla cercana a la iglesia, donde desde hace unos 17 años se resguarda a la Santa Muerte.

En medio de esta dualidad de devociones la algarabía regresa al pueblo con las peregrinaciones, las danzas y los bailes que se hacen en honor a San Pantaleón con el retorno de los hijos ausentes que tuvieron que salir hace décadas para buscar un mejor futuro y que ahora radican en diferentes entidades del país o en Estados Unidos.

Así como hay devotos que realizan las peregrinaciones a la Santa Muerte, quienes viajan a este pueblo pagan sus mandas por los favores recibidos, al aclarar que la también llamada Niña Blanca no hace milagros, sino favores como curación de enfermedades, además de ofrecerle manzanas para que no falte el alimento o exhalar humo a la imagen para pedir su protección.

Brenda Castillo es creyente desde hace 19 años, pero hace siete que le rinde culto; refiere que el año pasado fue bautizada en Tepito, en la Ciudad de México, y que hay diferentes formas de rendirle culto como ofrecerle rosarios, oraciones y ofrendas a sus imágenes.

Noria de San Pantaleón es uno de los pueblos fantasma, ubicado en el municipio de Sombrerete. Aunque en la época del virreinato fue muy próspero por su vocación minera, al cierre de esta actividad en el siglo pasado, este pequeño quedó en ruinas y cada 27 de julio recobra vida con una doble devoción: al santo patrono del pueblo, así como el culto a la Santa Muerte. Foto: Diana Valdez/ EL UNIVERSAL
Noria de San Pantaleón es uno de los pueblos fantasma, ubicado en el municipio de Sombrerete. Aunque en la época del virreinato fue muy próspero por su vocación minera, al cierre de esta actividad en el siglo pasado, este pequeño quedó en ruinas y cada 27 de julio recobra vida con una doble devoción: al santo patrono del pueblo, así como el culto a la Santa Muerte. Foto: Diana Valdez/ EL UNIVERSAL
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