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Torreón.— A Lulú Aguilar, viuda de Pasta de Conchos, su hijo Daniel le pregunta cuándo van a rescatar a su papá —quien murió en la explosión del 19 de febrero de 2006 junto con 64 mineros más—, que si ahora sí tendrán sus restos. Lulú le responde que ya mero.
Daniel tenía año y medio cuando su padre Fermín murió en Pasta de Conchos y sólo lo conoció a través de fotografías. Por eso Lulú afirma que siente emoción porque ahora sí se mira una luz para el rescate de los mineros. Ella es viuda de Fermín Tavárez, quien tenía 36 años cuando quedó enterrado en la mina.
“Tanto que luchamos y peleamos, ya son 13 años”, comenta Lulú. “Ya estamos cansadas, ya queremos tener dónde llevarles una flor, ir al panteón”, añade.
Lulú asistió a la reunión con la Comisión del Plan Integral para la Reparación y la Justicia de Pasta de Conchos, cuyo comité técnico está conformado por 21 especialistas de China, Australia, Estados Unidos y Alemania.
También estuvo Elvira Martínez, viuda del minero Jorge Bladimir Muñoz, y representante de las familias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Platica que el motivo de la reunión era encontrar el sentido humano de las familias con los expertos.
“Lo vivimos con mucha esperanza. Tuvimos la oportunidad de externarles qué tan importante es que se realicen los trabajos. Todos decían que iban a poner lo mejor de ellos, siempre viendo para poder alcanzar el objetivo, que es el rescate”, dijo.
Para las familias, relata Elvira Martínez, es recuperar la confianza que habían perdido en las autoridades de gobierno, pues recuerda que en los últimos años las negativas eran automáticas. “La esperanza vuelve nuevamente y ponemos la confianza, esperemos que se cumpla”, reconoce.
“Ya no hay compromisos con Grupo México ni preocupación de presentarnos como el gran país minero para atraer inversiones. Es un equipo de expertos, no sólo ingenieros, sino expertos en minería del carbón, en rescate minero. Ya no son los funcionarios decidiendo”, comenta Cristina Auerbach, activista y representante de la organización Familia Pasta de Conchos.
Auerbach menciona que lo más significativo e importante, desde el punto de vista de las familias, fue el encuentro con los expertos, el cual describe como cálido y amable, donde las mujeres pasaron a exponer lo que había vivido.
Una de ellas, Rosa María Rangel, viuda de Margarito Zamarrón, pasó junto con su hijo, un muchacho alto, con barba y bigote. Cuando su papá falleció en Pasta de Conchos él apenas tenía cinco años.
Crece esperanza. En la reunión los expertos se presentaron. Uno de ellos, un chino, comentó que tenía 20 años laborando en el control de gas metano, y que debido a su experiencia ayudó a disminuir las muertes en China; ofreció que pondría todo su talento y experiencia en el rescate.
Cristina Auerbach asegura que no hay razón técnica para no hacerlo. “Puede haber otras razones, pero técnicas no las hay”, enfatiza.
Cada uno de los especialistas emitirá una opinión por escrito sobre cómo harían el rescate.
Auerbach aclara que ellos no serán los responsables, ni tampoco harán proyectos ni peritajes, sino que con su experiencia y talento emitirán una opinión de la forma más viable para lograr el rescate con base en dos criterios: seguridad y que se extraiga el mayor número de restos posibles. A fin de mes habrá otra reunión del comité en la que se decidirá la forma de extraer los cuerpos.
“Terminando esto se va a contratar a una empresa para que haga el proyecto, pero una cosa es la idea. Se tendrá que ver con qué maquinaria, cuánto dinero y se hará una licitación pública internacional”, explica Auerbach, y alerta que una vez que se tenga el proyecto, podrían surgir poceros que digan “yo lo hago”.
En tanto, Elvira Martínez insiste en que como familias no quieren que surja otro Pasta de Conchos en la región, por lo que asegura que estarán atentas a que los trabajos se realicen con total seguridad. “No queremos más muertes. Ya hemos esperado 13 años”.