Yaxcabá, Yucatán
Debido a la transculturización y el uso de nuevas tecnologías, la práctica tradicional de los médicos mayas podría desaparecer en unos años, ya que incluso las nuevas generaciones étnicas no muestran gran interés por aprender esos conocimientos, heredados por generaciones.
“Es lamentable que vaya desapareciendo la medicina tradicional de la localidad, por ello es importante que las autoridades rescaten estos conocimientos para que haya más interés por esta práctica ancestral”, considera Leydi Lucely Dorantes Cob, quien es médico herbolaria y directora del Centro Herbolario del municipio de Yaxcabá, en el oriente del estado.
Hasta hace unos años, relata la médico, en Yucatán trabajaban alrededor de 130 médicos mayas, incluso con reconocimientos del sector salud, pero en los últimos años ese número ha disminuido, debido a que unos de ellos ya fallecieron.
Actualmente, el centro herbolario cuenta con un registro de 40 médicos mayas con certificación, la mayoría de los cuales son adultos mayores y sólo tres tienen menos de 35 años.
“Por ello, hemos conformado una red donde intercambiamos información, con el respaldo de la Secretaría de Salud de Yucatán y el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), buscando fomentar y seguir enseñando la medicina tradicional maya”, indica Leydi Lucely.
La médico considera que es necesario buscar que las nuevas generaciones de Yucatán y los jóvenes de municipios y comunidades rurales se interesen en el aprendizaje de las plantas medicinales y la cura naturista.
Entre otras cosas, la médico explica que para hacer más atractiva e innovadora la medicina tradicional maya, el Centro Herbolario de Yaxcabá ofrece 50 medicamentos para curar más de 100 tipos de enfermedades, además de tratamientos naturales con base en cremas, ungüentos, jarabes, jabones y champúes, los cuales se obtienen del mismo jardín botánico.
La profesión de Leydi Lucely Dorantes Cob es calificada como de médico naturópata, con una formación médica más amplia e incluso es conocida en las regiones oriente, sur y centro del estado por su sapiencia en herbolaria, así como en la elaboración de medicamentos con base en yerbas mayas, para la cura de diferentes enfermedades.
La médico maya de 25 años de edad recuerda que de pequeña no pensaba dedicarse a la medicina tradicional, pero inició por “una especie de presentimiento o premonición”. Motivada por su abuelo, fue que finalmente se interesó en aprender la lectura de cartas, el conocimiento de las plantas y sus atributos curativos, entre otras disciplinas.
Tiempo después, la joven comenzó a estudiar enfermería, primeros auxilios y dejó trunca la carrera de Gestión Empresarial por enfocarse en la medicina maya. Ahora es médico neurópata, médico tradicional maya, partera e x’men (ix men, médico o brujo) como suelen identificarla las etnias mayas.
En vida, su abuelo pudo ver cómo su nieta fue siguiendo sus consejos y sus conocimientos para ayudar a la gente maya, a la más desprotegida y a la que vive en comunidades muy apartadas, donde se dificulta la llegada de los servicios médicos, incluso básicos.
La Secretaría de Salud del estado ha destacado los conocimientos de la médico, así como el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), la misma Secretaría de Agricultura la UMAE (del IMSS), la Secretaría de Fomento Económico del gobierno del estado y el Indemaya, organismo que atiende cuestiones relacionadas con los grupos étnicos de Yucatán.
“Una sola planta te puede curar, si es fresca”, comenta, al tiempo que explica que ella misma se encarga de elaborar y mezclar las yerbas para aumentar dosis, y revela que consigo misma ha experimentado las curaciones en muchos casos.
Leydi Lucely asegura que entre las afecciones que más atiende están colitis nerviosa, retención de líquidos, alteración de los nervios, problemas del riñón, dolores de cabeza, vómitos y artritis.
La mujer es la directora también del Jardín Botánico de Yaxcabá, ubicado en una reserva de 40 hectáreas, donde se cultivan alrededor de 200 especies de plantas, de las cuales obtienen lo suficiente para elaborar los medicamentos.
“Hoy en día, todo tipo de personas buscan la medicina alternativa, porque no sólo sana lo físico, sino también la mente y el espíritu”, afirma Leydi, aunque reconoce que muchas personas utilizan la medicina tradicional como negocio, lo que genera desconfianza entre la gente que acude a ese tipo de atención.
En el Centro Herbolario de Yaxcabá, tienen alrededor de 200 plantas con propiedades curativas, y en parte del jardín botánico otras 160 variedades de plantas que les sirven para diferentes medicamentos.
También han creado una línea de 50 productos, entre jabones, cremas, jarabes, cápsulas, tés, baños, tinturas (la planta remojada en alcohol), champú con sábila y pomadas, entre otros.
La médico maya asegura que hay algunas plantas difíciles de conseguir como la belladona, que ella misma cuida con especial esmero, ya que —señala— es una planta que puede ayudar a curar algunos tipos de cáncer que no sean avanzados o agresivos.
Entre las consultas, Lucely acostumbra leer las cartas del tarot a sus pacientes y de esa forma empieza a diagnosticar los males que tiene la persona. Por esa lectura y la consulta, los precios varían entre 150, 300 y hasta 500 pesos, dependiendo del padecimiento que se trate. Indica que mediante las cartas pueden aparecer los síntomas que enfrentan los pacientes, desde el dolor de cabeza, hasta la piedra en el riñón, entre otros.
A diferencia de sus abuelos, ella usa las redes sociales para darse a conocer y también fomentar lo que es la medicina naturista, la herbolaria maya y las curas con base en yerbas.
Lucely afirma que, por lo general, tras consultar y tomar medicamentos naturistas los enfermos muestran mejoría en dos días del mal que les aquejaba; sin embargo, enfatiza que el cobro a los pacientes y el costo del medicamento tiene que ser moderado, porque se trata mayoritariamente de gente de escasos recursos.
El Centro Herbolario de Yaxcabá se fundó en 1993 y tenía como finalidad reunir a parteras, sobadores y hueseros. Su abuelo, quien era médico tradicional (ac men, en lengua maya), continuó atendiéndolo y se hizo cargo del lugar durante 26 años hasta que murió.
Leydi Lucely presume orgullosa que personas de Nueva York, Canadá y Rusia han venido a tomar cursos sobre medicina naturista en Yaxcabá, y le han comprado sus productos. También ha recibido estudiantes de España y de Brasil, así como de Oaxaca y Puebla.
Como una forma de preservar los conocimientos en medicina naturista y maya que heredó de sus abuelos, actualmente está enseñando a su hermana Rubí y a otro de sus parientes, de nombre Chucho, quienes han mostrado interés en aprender todo lo referente a la medicina naturista.
“Es necesario que esos conocimientos se sigan transmitiendo de generación en generación y evitar que la medicina maya tradicional pase al olvido”, concluye.