Malacatán, Guatemala.— “Me voy de viaje para ganarme unos centavos y comprarles sus estrenos”, dijo Leonel Estuardo Gómez Zepeda a sus hijas Sharon, de 13 años, y Yesenia, de nueve, cuatro días antes de que falleciera junto con otros 55 migrantes que viajaban en el interior del tráiler que se accidentó el 9 de diciembre en la carretera Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez.
El cuerpo del hombre, de 37 años, fue velado ayer en el domicilio de su papá y se espera que sea sepultado hoy.
Gómez Zepeda, quien a sus 22 años había sido un destacado jugador de futbol del equipo local Malacateco, se encontró con sus hijas la noche del domingo 5 de diciembre en el parque central, de esta localidad ubicada a unos 13 kilómetros de la frontera con México.
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Ese día, la menor de sus cuatro hijas fue coronada Reina Infantil de la feria en honor a la Virgen de Santa Lucía; con ella se tomó su última foto.
Sharon recuerda con tristeza que su papá las abrazó y ella le dijo: “Vete con cuidado, que Dios te bendiga, no tengas pena”.
El hombre dejó su poblado la mañana del lunes 6 de diciembre con su primo José Rolando Gómez Miranda, quien resultó con graves heridas del accidente; no avisó a su papá Santos Leonel Gómez Esquivel.
Su hija Sharon, quien cursa el segundo básico (secundaria), en el colegio Cristiano Elim, platica que los días lunes y martes contactó vía WhatsApp a su papá para preguntarle cómo estaba y si había comido, a lo que le respondió que sí, pero el miércoles y jueves ya no obtuvo respuesta.
Funeral en El Tejar
Entre flores blancas y amarillas y a la luz de las velas, familiares, amigos y vecinos velaron ayer el cuerpo de Daniel Arnulfo Pérez Uxla, en El Tejar.
Herrero de profesión, de 41 años, Pérez Uxla decidió irse a Estados Unidos para pagar la deuda de una hipoteca de su casa. Meses antes había perdido su empleo a causa de la pandemia por Covid-19. Tenía una esposa y tres hijos que mantener.
Mariela, su esposa, cuenta que cuando se enteró de la noticia del accidente la invadió la desesperación por no tener noticias de su marido.
Un día después, junto con una amiga, se fue a buscarlo a México “a la buena de Dios”.
Relata que buscó sin éxito a su esposo en todos los hospitales. No quería ir al último lugar que la gente le decía que debía ir: la morgue. Allí estaba.
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La esposa recuerda que, tras saber de la muerte de su marido, decidió ir al lugar del accidente, donde dejó una veladora: “No soy católica, pero mis suegros sí y ellos habrían querido que le prendiera una vela en el lugar donde murió”, dice.
Mariela quiso que su marido fuera enterrado el mismo domingo: “Ya no quiero alargar la agonía de todos, sobre todo de mis hijos”, dice la mujer, que también debe pensar ahora en cómo pagar la hipoteca.
Proceso
Los restos de Leonel Estuardo Gómez, Daniel Arnulfo Pérez, Daymen Erick Fuentes Bravo y Cecilio Federico Ovalle Cifuentes regresaron a Guatemala a las 23:25 horas del sábado.
Fueron transportados en un avión contratado por el gobierno mexicano que aterrizó en el aeropuerto La Aurora, en el hangar de la Fuerza Aérea de Guatemala. De ahí fueron llevados a sus pueblos en carrozas funerarias pagadas por autoridades guatemaltecas.
El secretario del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), Raúl de Río, explicó que de los 55 fallecidos en el accidente tienen indicios de que 20 cuerpos pudieran ser de guatemaltecos, de los cuales cuatro ya fueron identificados y repatriados, y dos más están en proceso.
Agregó que conforme se cumpla con los procesos de identificación, se irán repatriando los cuerpos en los próximos días.
El ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Pedro Brolo, insistió en que “se tiene una guerra declarada” contra los coyotes, “porque les hacen mucho daño a nuestros connacionales”.
*Con información de AP
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