Acapulco.— Adela Román Ocampo no lo duda: a Andrés Manuel López Obrador, candidato ganador de la elección presidencial, le pedirá que rescate financieramente al ayuntamiento de Acapulco porque, en octubre próximo, lo recibirá quebrado.

Adela Román será la primera mujer que gobierne Acapulco a través de una elección popular.

En la elección reciente fue postulada por Morena y el “efecto Obrador” la llevó a un triunfo contundente: le ganó dos a uno al candidato del PRI, Ricardo Taja Ramírez, a quienes muchos consideraban favorito.

El 1 de octubre, Adela Román tomará el mando del municipio más importante, el más poblado, el más conflictivo y el más violento de Guerrero, tal vez, del país.

Acapulco desde hace una década ocupa los tres primeros lugares en homicidios dolosos, su promedio actual es de tres asesinatos al día, donde decenas de bandas delictivas se disputan el territorio de una forma cruenta.

La violencia ha colapsado la vida del puerto: ha provocado desplazamientos forzados, cierres masivos de negocios. La vida cotidiana se ha roto: en cuanto el sol cae para muchos la vida se termina, los niños toman clases en escuelas vigiladas por militares y policías; mientras que el turismo, la principal fuente de ingresos, está hundido: el gran turismo se terminó y la esperanza de los turisteros está en la gente de la CDMX.

Urge el apoyo de la Federación. La alcaldesa electa señala que a Acapulco y a Guerrero se les abandonó. “Guerrero lleva convulsionado muchos años. No sólo es el problema de la narcoviolencia, son muchas cosas más que desafortunadamente todas recaen en Acapulco. Para ir deteniendo la violencia e ir reconstruyendo el tejido social se necesitan políticas públicas que disminuyan la desigualdad, que la gente tenga dinero en las bolsas. No va a ser con pistolas, con armas, sino con empleos. El apoyo de la Federación va a ser importante, porque Acapulco lleva décadas abandonado por la Federación”.

A los comerciantes y a los turisteros, les pide que tengan confianza. “Vamos a trabajar en varias vías. Yo ya fui legisladora y vamos a proponer que se aumente la penalización de la extorsión que fue sacado del catálogo de delitos graves”.

—¿Pero cómo generarle confianza con acciones?

—Lo van a ver cuando comencemos a actuar, Adela no viene sola, vamos a trabajar con apoyo de la Federación y con el gobierno de estado, pero la sociedad le debe entrar.

Añade que no va a combatir el narcotráfico, ni la delincuencia organizada, “no va a ser mi papel como alcaldesa, yo soy abogada y conozco bien la ley, y si yo me pongo a decir tarugadas me van a venir a cortar la cabeza. Mis funciones principales van a ser prevenir el delito, una forma va a ser, como lo dice Andrés Manuel: crear empleos, darle becas a los chamacos”.

De los policías —Acapulco tiene 600 agentes sin certificar— señala que se va a ir quien se tenga que ir. Acapulco no puede estar a expensas de la delincuencia con una policía que no cuida a la sociedad. La vamos a certificar, los vamos a preparar, porque sólo se habla de lo malo de la policía, pero también debemos tratar de mejorar sus condiciones, no es posible que los sigan tratando de esta manera.

A López Obrador lo primero que le pedirá es un rescate financiero, “se deben más de mil millones de pesos en laudos, la Comisión del Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) está en quiebra; ha sido la caja chica de muchos gobernantes, debe mucho dinero a proveedores, a la CFE. Mira, yo veo para atrás y veo que el gobierno hizo lo que quiso, se encontró con una sociedad indiferente, algunas veces comodina y otras más temerosa. Debe haber una sociedad fuerte para que haya gobiernos fuertes.

—Acapulco va a ser un parámetro para medir el éxito o fracaso del gobierno de López Obrador para su proyecto pacificador, ¿está consciente de eso?

—Sí, Acapulco es la ciudad más violenta del país, tiene las colonias más peligrosas, pero vamos a poder.

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