Ixhuatán.— Las ocho filas para el registro se desdibujaron en la explanada del Palacio Municipal de San Francisco Ixhuatán, y dejando atrás la sana distancia, se convirtieron en un gran manchón de gente con cubrebocas que se apretujaba, mientras la humedad de la selva los abrazaba a todos.
El calor, el cansancio y el hambre de muchos ciudadanos de 18 a 60 años se tradujo por horas en quejas sobre la desorganización de la primera encomienda que recibió el personal del Ejército Mexicano, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para vacunar a toda la población de las comunidades rurales de Oaxaca, comenzando por la zona oriente del Istmo de Tehuantepec.
Se trata de una orden directa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que consiste en agilizar la inmunización contra el virus responsable del Covid-19, mediante un plan emergente para comunidades remotas de cinco entidades, que en el caso de Oaxaca se dispersan en al menos 523 municipios.
Según el gobierno estatal, para que la vacuna llegue a esos pueblos se diseñaron 95 rutas terrestres y 15 áreas.
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Pero el inicio de esta estrategia en la entidad, con la que se busca contener la tercera ola de la pandemia, fue atropellado y superó al personal militar.
En San Francisco Ixhuatán, por ejemplo, para agilizar el proceso se sumó el personal médico del Centro de Salud de Servicios Ampliados de la comunidad y en la logística, el personal del ayuntamiento.
La gran demanda obligó a pasar de dos a cuatro módulos de vacunación, aun así el primer día de campaña duró 17 horas y sólo se vacunó a mil personas, los demás esperaron el segundo y tercer día.
Ricardo Velásquez Tannos, de 19 años, llegó dos horas antes de que la sede de aplicación abriera, pero esperó 16 horas para recibir la única dosis del biológico de la empresa china CanSino.
“Me tocó la ficha 745 y me inyectaron a eso de las 10 de la noche, otros recibieron la vacuna hasta la una de la madrugada, cuando se acabaron las dosis”, explicó el joven zapoteca.
Por la madrugada, en los altavoces del pueblo se anunció que existían 200 dosis listas para ser aplicadas, esta situación se registró porque a los ciudadanos que les correspondía el primer día se cansaron de tanto esperar y se retiraron.
Ricardo es el último miembro adulto de la familia Velásquez Tannos que esperaba la vacuna. Sus padres y dos hermanos se beneficiaron primero del antígeno. Aun con la vacuna, el joven y su familia evitan salir de su casa, debido al descontrol de los contagios en la tercera ola.
Esta familia está convencida de que la etapa más crítica la vivieron en la segunda ola, entre enero y febrero, cuando en este pequeño pueblo de 9 mil habitantes murieron más de una docena de personas, aunque de manera oficial sólo se tengan registrados 11 fallecimientos en más de un año de pandemia.
“En la primera ola murió una persona y el contagio fue leve; en la segunda murieron como 17 personas y tuvimos pocos contagios; en esta tercera ola nos están pegando duro los contagios, pero hay pocas muertes”, expresó Silvia Tannos, comerciante y maestra de la zona.
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La docente explicó que ahora la preocupación está en las agencias que colindan con el mar y en donde los ciudadanos toman de manera tardía las recomendaciones sanitarias.
“Creo que el miedo se siente en el pueblo de Ixhuatán y por eso muchos salieron a vacunarse, hay mucha demanda”, dijo.
Repiten faena
Hasta San Francisco Ixhuatán bajaron los jóvenes y adultos de las ocho agencias municipales, así como habitantes del municipio Reforma de Pineda, en donde no se instaló el módulo de vacunación, desatando así la molestia de los ciudadanos que tuvieron que movilizarse por dos días para vacunarse.
Para Ofelia García Román y sus tres hijas no fue rápida ni cómoda la jornada. A la familia Torres García ni una autoridad de Reforma de Pineda le avisó que se tenían que trasladar a la población vecina, que está a 20 minutos de distancia, San Francisco del Mar, para beneficiarse con el biológico. Se enteraron por las redes sociales la noche previa.
Durante dos días batallaron para recibir la vacuna. El primer día llegaron a las seis de la mañana y se registraron a las tres de la tarde, pero ni así alcanzaron una de las mil fichas para recibir la inyección. Regresaron el segundo día, a la misma hora, esperando seis más para blindar su vida. No sólo perdieron tiempo, también dinero.
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“Nos parece muy injusto lo que nos hicieron a los de Reforma de Pineda, no pusieron un módulo en el pueblo y tuvimos que venir hasta Ixhuatán, gastamos por viaje 100 pesos. Además de eso nos tuvieron horas esperando durante dos días. Al final sí nos vacunamos”, comentó molesta Ofelia.
Estos contratiempos durante la vacunación también se registraron en el municipio de San Pedro Tapanatepec, donde se citó a las personas de 18 a 39 años el 4 de agosto en la agencia de Rincón Juárez.
Los jóvenes llegaron de varias localidades pesqueras, formándose desde las seis de la mañana, y después de varias horas se les informó que la vacunación se cancelaba, sin explicación.
Tras comenzar en municipios de la zona oriente del Istmo, como Zanatepec, Niltepec, Tapanatepec, San Francisco del Mar o Ixhuatán, la vacunación universal a cargo de los militares siguió en Unión Hidalgo y las agencias de La Venta y La Ventosa, de Juchitán.
En otras regiones de Oaxaca, como la Cuenca y la Cañada, también se reportaron largas filas y más de 10 horas de espera para acceder al biológico.