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“Un día me tumbó a puñetazos”, cuenta Lupita, víctima

Lupita relata cómo fue su vida con un hombre que la maltrataba; ahora lucha porque sus hijos sean “personas de provecho”

Lupita comenta que nunca denunció a José Alberto, su exesposo, porque tuvo miedo de que sus agresiones fueran peores. Foto: HILDA FERNÁNDEZ. EL UNIVERSAL
29/02/2020 |02:04​​​​​​​Hilda Fernández |
Hilda Fernández
Corresponsal en CoahuilaVer perfil

Saltillo.— Lupita se levanta todos los días antes de que salga el sol. Con 39 años de edad, su rutina inicia a las cinco de la mañana, es una mujer trabajadora, madre de cinco hijos y sobreviviente de la

De ojos pequeños, actitud alegre, pero sobre todo manos trabajadoras, María Guadalupe Ortiz dice simpatizar con el movimiento nacional #UnDíaSinNosotras, al que ha convocado Brujas del Mar, un colectivo feminista del estado Veracruz.

En Saltillo, Coahuila, a kilómetros de distancia de donde surgió la idea de un “paro nacional de mujeres”, que se ha expandido como dinamita por todo el país, Lupita recuerda su historia de vida, de sobrevivencia, de resistencia y, sobre todo, de lucha.

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“Estuve casada 23 años, tuve cinco hijos. Sufrí mucho porque José Alberto, mi exesposo, me maltrataba, se enojaba con cualquier pretexto, me salvé de que me matara”, platica.

Al recordar su matrimonio, Lupita —dedicada a la preparación de antojitos en un mercado sobre ruedas que recorre las colonias populares de Saltillo— relata que “una vez en la madrugada fui a dar al hospital porque él [su exmarido] me pegó tan fuerte que me zafó la quijada”.

El calvario

En su día a día, mientras trabaja en un puesto de tacos y gorditas propiedad de hermano Gilberto, Lupita siempre pone su mejor sonrisa. Con el mismo gusto atiende a los clientes cuando llegan a comer, que prepara salsas en el molcajete o echa las tortillas al fuego.

Ella es originaria de Nuevo León, pero radica en Saltillo desde hace varios años. Dice que era “una huerca” de 15 años cuando se enamoró y se casó con José Alberto, quien trabajaba de albañil.

Al principio, recuerda, todo estaba bien, pero al paso del tiempo su relación se fue tornando violenta. “Era muy celoso, siempre estábamos peleando, mi vida era un infierno (…) lo peor era cuando se emborrachaba, casi todos los sábados. Regresaba a casa en la madrugada, llegaba acompañado de sus amigos y me despertaba a gritos, me estrujaba y me maltrataba para que les hiciera de comer, si no le hacía caso me pegaba”.

“Una noche me negué a levantarme y le dije: guisa tú, tú los trajiste. Se enfureció tanto que me empezó a pegar con el puño cerrado, me tumbó de la cama a puñetazos y me zafó la mandíbula, me dolía tanto la cara y el cuerpo que fui a dar al hospital, estuve internada dos días”, recuerda.

Al evocar su amarga anécdota, Lupita aclara que nunca denunció a José Alberto porque tuvo miedo de que sus agresiones fueran peores. Todo acabó, “un día él se largó con una mujer y jamás volvió”.

Pero ella no ha sido la única, su historia es la miles de mujeres que a diario son violentadas en distintos espacios. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2016 se reportaron al número de emergencia 911 al menos 92 mil 604 de incidentes relacionados con violencia contra la mujer, tres años después, para 2019, el número de reportes se incrementó 115%, con 197 mil 693.

“A mis hijos no los tocas”

Mientras las palabras intentan retejer lo vivido, Lupita resalta que aguantó todo tipo de agresiones con tal de que su expareja no tocara a sus hijos. Los defendió y jamás dejó que su agresor les pusiera una mano encima.

A 11 años de haberse divorciado, María Guadalupe Ortiz nunca ha recibido “ni un cinco” de manutención de su exmarido. Él, dice, se desobligó de sus hijos, “no le importaron nada”.

Sin embargo, su lucha fue diaria y a la fecha sus manos no descansan, con el único objetivo de que “que sean mejor que yo, que estudien, que sean personas de provecho”.

De sus cinco hijos, recuerda, dos estudiaron hasta preparatoria, uno ya casi termina la carrera de ingeniería, los tres ahora tienen 17, 20 y 21 años. Además tiene dos pequeños menores de edad.

Tras narrar su historia de vida, Lupita dice estar “del lado de las mujeres” y rechazar tajantemente el machismo y sus violencias.

“Yo estoy con ellas y si puedo el domingo 8 de marzo voy a la manifestación”, asegura y se dice tranquila al mismo tiempo no ser parte de la estadística de feminicidios de este país, que tan sólo en el primer mes de 2020 le arrancó la vida a 320 mujeres en México, según datos del SESNSP.

Además, a unos días del Día Internacional de la Mujer, recomienda a ellas que se valoren, se quieran y no dejen que nadie les ponga una mano encima. “Que se convenzan de que pueden salir adelante”.

“Nosotras las mujeres somos iguales a los hombres, también trabajamos y hasta más que ellos y tenemos los mismos derechos”, subraya convencida.

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