Más Información
Comando irrumpe en vivienda de Irapuato y mata a 4 personas que preparaban una posada; es la segunda masacre en menos de 24 horas
Rentería Schazarino ha operado contra CJNG, Viagras y Templarios; es el zar de la seguridad en Sinaloa
Más de 200 niños huérfanos por el crimen organizado en Sonora, disfrutan su posada; "queremos que su Navidad sea más feliz"
Designan a nuevo Secretario de Seguridad en Sinaloa; gobernador agradece apoyo de Sheinbaum y Harfuch
Chilpancingo.—En la capital de Guerrero domina la incertidumbre. Lo único certero es que el alcalde de la ciudad, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado.
Este lunes Chilpancingo no arrancó de manera normal, se hizo con mucha cautela. Por la mañana, por las calles y por el centro la gente no terminaba de aparecer. Las escuelas suspendieron las clases que estaban programadas para que se reanudaran este lunes, tras dos semanas de pausa por el huracán John.
Casi todas las escuelas desde la noche del domingo comenzaron a informar de la suspensión, argumentaron que por las “lluvias”, aunque este lunes apenas y lloviznó. Sólo dos, entre ellas la preparatoria número 9 de la Universidad Autónoma de Guerrero explicaron el motivo real de la medida: el temor de que se soltaran hechos de violencia tras el asesinato del alcalde.
Esa fue la zozobra que imperó este lunes. El temor de que la violencia de los últimos días se fuera de largo, que si ya había sido asesinado el alcalde, cualquiera podía ser el siguiente.
Muchos locales amanecieron cerrados; en las primeras horas del día, las unidades del transporte público eran pocas. No se suspendió pero sí era insuficiente. Después del mediodía, la ciudad fue tomando su ritmo, pero todo con cautela.
“Desde la noche del domingo todo se apagó, las calles se quedaron solas y así amaneció”, contó la propietaria de una tienda.
También prevalece la incredulidad ante el homicidio del alcalde. Pese a que la noticia estaba más que confirmada, muchos no dan crédito a que el alcalde no sólo fue asesinado, sino que lo decapitaron.
“Esto superó todo, esto si rompió cualquier límite y lo peor es que es un mensaje para todos”, dice un hombre que asistió al velorio.
El pedido de ayuda
Apenas tres días antes de morir, Alejandro Arcos pidió protección para él y su equipo de trabajo, luego del asesinato de Francisco Tapia, su secretario general del ayuntamiento.
Tras ser cuestionado sobre si la seguridad en el municipio debía reforzarse, afirmó “desde luego que sí. Lo pido y para mi equipo de trabajo. Nosotros vamos a seguir trabajando, vamos a seguir luchando por nuestra comunidad. Siempre hemos hablado de un proyecto de paz... No somos gente de conflicto”, dijo en esa ocasión en entrevista con Ciro Gómez Leyva.