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El 6 de febrero, por primera vez en 3 mil años, en Santa María Nativitas Coatlán el acta de elección de las autoridades comunitarias se escribió y publicó en ayuujk, como llaman ellos al mixe, su lengua materna.
Esa también, afirmaron sus habitantes, fue la primera vez que como pueblo ejercieron en pleno sus derechos lingüísticos, justo el año en que a nivel internacional se conmemora a las Lenguas Originarias, según lo decretó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La publicación de este documento en mixe adquiere relevancia ante el contexto que viven estas lenguas en México: están amenazas y la tendencia es su desaparición. El mixe es un ejemplo. De sus 69 variaciones, cuya raíz comparten con el zoque, todas se encuentran amenazadas, 19 en muy alto riesgo de extinguirse.
Los números también indican esta tendencia. El investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), José Luis Moctezuma Zamarrón, dice que mientras en 1895, 19% de la población en el país era hablante de una lengua indígena, para 2015 sólo 6.5% de los 121 millones de mexicanos lo era, de acuerdo con datos de la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
No es el único riesgo. El especialista explica que la población hablante cada vez más se concentra en adultos mayores, mientras se adelgaza el grupo de hablantes jóvenes. De continuar esta tendencia, advierte, es probable que en la próxima generación desaparezcan las lenguas indígenas en México. Estamos frente a los últimos hablantes.
“Los procesos de transmisión intergeneracional se han interrumpido de manera alarmante. Es sobre todo en la población mayor donde se concentra el número de hablantes. Si no se hace algo de manera urgente, en la próxima generación las lenguas originarias desaparecerán”, sostiene José Luis Moctezuma.
El Consejo Nacional de Población (Conapo) respalda esta opinión. Con los datos más recientes de Inegi, señala que la población que habla lenguas indígenas se encuentra en una etapa más avanzada de la transición demográfica: hay menor proporción de hablantes menores de 29 años, pues la mayoría son adultos mayores. Por cada 54.5 personas adultas mayores que dominan una lengua indígena existen 100 menores de 15 años no hablantes.
En Oaxaca, por ejemplo, donde de los 3.9 millones de habitantes 1.2 hablan alguna lengua, se observa una tendencia particular asociada a las generaciones de hablantes: mientras el porcentaje de monolingües cayó de 19.6% a 12.6% entre 2000 y 2015, el de quienes además dominan el español creció de 79% a 86%.
Para Elena Gil, especialista en lengua mixe, se está creando un bilingüismo transitorio (español más idioma originario) que podría derivar en una tercera generación de no hablantes: abuelos monolingües en lenguas indígenas, padres bilingües y nietos que sólo hablan español.
Mensaje para el Presidente
Fue en este contexto que Moctezuma Zamarrón, junto con investigadores y hablantes de lenguas indígenas, impulsaron la creación del Grupo de Acompañamiento a las Lenguas Amenazadas.
El lingüista explica que en su cierre de campaña en Hermosillo, Sonora, el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador planteó la necesidad de que no desaparezcan las lenguas. Fue con esa confianza que tras su triunfo el investigador y otros colegas escribieron una carta al mandatario electo.
Luego, el grupo elaboró un video en el que advierte la amenaza que se cierne sobre las lenguas maternas y cuestiona cuáles son las políticas linguísticas que emprenderá el nuevo gobierno. La intención, dice, es que el mensaje llegue al Presidente. Además, 6 mil personas han firmado una petición en internet que busca que se salve y revitalice a estas lenguas.
Para evitar el “lengüicidio”, el grupo enumera una serie de propuestas, entre las que destacan optimizar los recursos a favor de las lenguas amenazadas, un observatorio que vigile el cumplimiento de los derechos lingüísticos, un sistema escolar en lenguas originarias para todos los niveles; programas de formación de intérpretes, traductores y peritos; cuotas de 20% de hablantes de lenguas en universidades públicas y privadas.
También propone el desarrollo del mercado laboral en lenguas originarias y su inserción en los medios de comunicación; crear y fortalecer las radios comunitarias, y en radiodifusoras incluir un mínimo de 20% de contenidos en estas lenguas.
Las propuestas, dice el especialista, son una reacción al fracaso de las políticas del Estado mexicano, “que ha privilegiado un nacionalismo con un solo idioma” y la consecuente desaparición de sus lenguas indígenas al excluirlas de los ámbitos públicos.
“Lo que planteamos es que no vaya de arriba para abajo, como esos programas que se inician sin la opinión de las comunidades y los usan sólo para tomarse la foto”, concluye. EL UNIVERSAL Oaxaca