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Aldama.— Más de mil 300 indígenas tzotziles, en su mayoría niños, pertenecientes a cinco comunidades del municipio de Aldama se encuentran desplazados, con escasez de alimento, sin atención médica y en campamentos a la interperie en la comunidad Xuxchen, por conflictos territoriales con el poblado de Santa Martha, perteneciente al municipio de Chenalhó, lo que ha cobrado la vida de al menos tres personas.
En el campamento de Xuxchen se resguardan mujeres, cientos de niños y adolescentes. A unos cinco kilómetros de ese lugar se ubica un segundo campamento en el paraje Tabak, donde los desplazados no tienen alimento, duermen entre los cafetales, sin colchonetas ni cobertores y a merced de animales e insectos.
De acuerdo con el agente rural municipal de Xuxchen, Santos Gómez López, los desplazados sobreviven con pocos alimentos debido a que no han podido trabajar sus tierras para la siembra de frijol y maíz, principal consumo de los tzotziles, y no cuentan con recursos económicos porque sus cafetales fueron destruidos.
“Necesitamos que nos ayuden con médicos, medicinas, colchonetas, cobertores y alimento para los niños y las mujeres, que son los que más sufren”, señaló la autoridad rural.
EL UNIVERSAL dio a conocer a finales del año pasado que grupos armados de Chenalhó ocasionaron el desplazamiento de más de cinco mil personas de varias comunidades de Chalchihuitán y 11 muertos por la disputa de un territorio de bienes comunales que reclamaban como suyo los tzotziles de Chenalhó, cuyo propietario tuvo que ser definido por el Tribunal Agrario.
Durante más de dos meses, los indígenas tzotziles vivieron en la montaña a la interperie y con el apoyo unicamente de las colectas de la Diócesis de Simojovel.
Conflicto añejo. De acuerdo con el representante de los desplazados, Cristóbal Santiz, el conflicto territorial data desde 1975, cuando se logró firmar el primer convenio reconcilatorio por la disputa de 60 hectáreas entre las dos comunidades (Aldama y Santa Martha) y se estableció el plano de tierras comunales.
En 2008, los comuneros de Santa Martha interpusieron una demanda ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) para recuperar las tierras, pero el resultado les fue adverso. El fallo otorgó a Aldama las 60 hectáreas y se ordenó a Santa Martha la indemnización de un millón 300 mil pesos.
En 2014, el conflicto subió de tono debido a que los comuneros de Aldama negaron a los de Santa Martha el aprovechamiento de un manantial de agua y éstos, en represalia, dañaron las siembras de cafetales y al sistema de suministro de agua.