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San Juan Copala, Oax.— Previo a la fiesta anual de los pueblos triquis en el centro ceremonial en San Juan Copala, decenas de familias se reunieron ayer para despedir a la fiesta del carnaval y darle la bienvenida a la Cuaresma, con ello, la celebración a Tata Chú (Padre Jesús) en el tercer viernes Santo.
“Este día bailan las personas mayores, pero como ven ustedes, hay niños, jóvenes y muchas personas danzando, porque es la emoción de estar todos acá”, dice a EL UNIVERSAL el agente municipal de San Juan Copala, Guillermo Flores Pérez.
El carnaval triqui es una de las festividades más grandes después de la celebración a Tata Chú y Día de Muertos; para muchos triquis estas festividades permiten la unificación y pacificación de las familias que han vivido conflictos en los últimos 12 años.
Al son de bandas y bailes
Ayer lunes fue el último día de carnaval, hubo uno antes, el pasado lunes 21 de febrero, donde solamente niños y jóvenes danzaron en comunidades de Rastrojo, Coyuchi y en el mismo San Juan Copala. Pero ayer, todos se dieron cita en el centro ceremonial de los pueblos triquis.
Niños, jóvenes y hombres se visten con huipiles rojos y máscaras, otros con prendas hechas con retazos de tela y un sombrero adornado de papel de colores, y unos más, vestidos de traje de leones o tigres, con un antifaz, para no ser reconocidos.
Ayer, músicos, danzantes y las familias triquis se citaron en el atrio de la iglesia de San Juan Copala para celebrar el último día de carnaval.
“Primero bailan en la iglesia para honrar a nuestro santo patrón Tata Chú, enseguida ya se van a otros puntos del pueblo”, explica la autoridad municipal.
Tres bandas de viento de los mismos pueblos triquis tocan música regional, mientras las personas que representan a los “leones o tigres” danzan alrededor de los Chilolos y de la “abuela triqui” y sus nietos.
Según cuenta don Hilario Martínez López, los “leones o tigres” representan la protección de los pueblos nativos a los Chilolos, danza que simboliza la Conquista y la llegada de los españoles para someter a los pueblos al cristianismo.
Los Chilolos de los pueblos triquis visten con prendas unidas por trozos de tela, sus penachos son de papel de colores y sus máscaras son de plástico o madera.
La fiesta de Tata Chú
En San Juan Copala, considerada el centro ceremonial de los pueblos triquis, las bandas de viento suenan al paso de la comparsa tradicional en la fiesta del carnaval, el cual concluyó ayer, para comenzar con la fiesta patronal a Tata Chú.
El día transcurre entre danzantes que realizan sus mejores pasos y caminan sobre las principales calles, en donde algunas familias les ofrecen refrescos y tepache (bebida de maíz y otros ingredientes fermentados), gritos y risas de los pequeños al ser correteados por los “tigres y leones” y la danza de los Chilolos.
“Hoy es un día de fiesta, todos convivimos, pero estamos esperando la fiesta grande, la de Tata Chú”, explica don Juan Martínez Merino.
“Ahora bajan pocas comparsas como la de Rastrojo y Cochuchi, pero antes venían los de La Sabana, Yosoyuxi, Santa Cruz Tilapa y otros pueblos a celebrar el carnaval. Hoy en día cada quien tiene su propia fiesta”, explica don Juan.
Don Hilario Martínez López es nativo de la comunidad de Rastrojo, tiene 89 años, y antes de presentarse con los danzantes fue por una veladora para Tata Chú.