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Llenar cubetas con gasolina de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo , cobró factura triple a los Hidalgo Velasco. De cuatro miembros de esta familia que fueron a acarrear el combustible el viernes pasado, uno murió, otro se encuentra muy grave y uno más está desaparecido.
Gerarda Velasco se enteró de la explosión por las noticias, aunque vive en la Ciudad de México su piel se enchinó cuando escuchó que los hechos ocurrieron en su pueblo natal, “ahí me enteré, pensé en los de mi pueblo, que a lo mejor alguien de mi familia estaba ahí y me comuniqué con mi media hermana”.
Las noticias no fueron alentadoras. Tres de sus sobrinos estaban en el campo de alfalfa cuando el ducto explotó, uno fue trasladado al Hospital de Zumpango en donde murió el sábado temprano , “él ya fue enterrado allá en el rancho”, Enrique fue trasladado al Hospital de Magdalena de las Salinas y su hermano Mario no ha sido encontrado.
“Hoy fui a Hidalgo, al entierro de uno de mis sobrinos, es muy triste que por unos litros de gasolina, por ahorrarse unos pesos hayan perdido la vida, la mayoría de los que estaban ahí eran gente de campo, no se dedicaban al huachicoleo”.
La mujer lamenta que sus familiares y las demás personas que recolectaban combustible en bidones y cubetas no hayan pensado en los riesgos. “Se les hizo fácil, iban por una cubeta, por unos cuantos litros de gas y ahí está lo que pasó, una tragedia, ojalá encuentren a los responsables porque ese ducto no se abrió solo, sí fue su irresponsabilidad pero no eran ladrones”.
Enrique Velasco llegó a Magdalena de las Salinas con 80% de su cuerpo quemado , sufre afectaciones en las vías aéreas por lo que respiró al momento de la explosión y sus riñones también presentaron daños . “Su estado es delicado, adentro están su esposa y sus papás, ojalá que salga adelante porque tiene una niña chiquita que lo necesita. Ahorita me dijeron que ya pudo orinar, lo que da esperanza de que sus riñones empiecen a funcionar”.
Con tristeza habla sobre Mario, hermano menor de Enrique y quien cumplió años el sábado, de él no han encontrado sus restos y acusa que han sido extorsionados por “personas de mala fe”. Ayer le hablaron a sus familiares y les dijeron que ya habían identificado a Mario, que sí querían saber en dónde estaba depositaran a una cuenta, “así lo hicieron pero la información era falsa, dijeron que estaba en Lomas Verdes y luego aquí, pero no es cierto”.
Mario se dedicaba al campo, por Facebook se enteró que había una “fuente de gasolina” cerca de su casa y le pidió a su hermano que lo acompañara a sacar combustible “para tener qué ponerle a sus tractores”.
Isidoro, tío de los tres jóvenes los acompañó, fue el único que salió con vida de ese campo de alfalfa. “Uno ya está descansando, lo pudimos enterrar y ahí está para llorarle, esperemos que Enrique salga vivo de aquí y pueda recuperar su salud, y ojalá que Mario aparezca, no nos ilusionamos, sabemos que está muerto, pero aunque sea queremos tener sus cenizas”.
Gerarda espera a que salga su hermana para entregarle una torta y un refresco, “es la única forma en que podemos apoyar, no entro porque hay prioridades, sus papás, su esposa, pero al menos les traigo comida, para que sepan que no están solos”.
maf