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Chilpancingo.— Tres llamadas telefónicas son clave en el caso del asesinato del alcalde de Chilpancingo, el perredista Alejandro Arcos Catalán.
En las tres está involucrado el exencargado de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Chilpancingo, el capitán de Justicia Militar retirado Germán Reyes Reyes, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE).
La primera, según la investigación, ocurrió el 4 de octubre en la oficina de Reyes Reyes en la SSP. Ahí, de acuerdo con un correo anónimo, un policía municipal escuchó que el exmando policiaco ordenó a El Michoacano el asesinato de Arcos Catalán porque no quiso acceder a dar cargos a Los Ardillos.
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La segunda fue el 6 de octubre, a las 11:49 de la mañana, el día en que Arcos Catalán resultó asesinado. Ahí el edil llamó a Reyes Reyes.
La fiscalía presentó esa llamada porque según un estudio de geolocalización, Arcos Catalán se ubicaba en el poblado de Petaquillas y Reyes Reyes cerca de ahí, en la zona de Liverpool.
Al respecto, Reyes Reyes dijo que su ubicación se debe a que vive en la colonia Balcones de Tepango, cerca de Petaquillas.
También señaló que en el estudio que realizó la fiscalía se detectó que ese día el celular de Arcos Catalán tuvo 18 actividades entre llamadas que recibió e hizo. De esas, dijo, el experto que hizo el estudio pidió que se revisaran seis números que le llamaron la atención, entre lo que, afirmó, no está el suyo.
La tercera ocurrió el 27 de octubre en un supuesto rancho ubicado en Quechultenango. El comerciante Cándido Pila Domitilo declaró que escuchó que El Michoacano llamó a Reyes Reyes para avisarle que su orden se había cumplido.
De las tres llamadas, la fiscalía no tiene corroborado si existieron.
Sin embargo, la jueza de Control y enjuiciamiento, Yolanda Mora Silva, vinculó a proceso a Reyes Reyes como probable autor intelectual del asesinato de Arcos Catalán.
“La investigación de la fiscalía es mínima, pero hay elementos de la probabilidad de que el señor Germán participó en el asesinato de Alejandro Arcos”, dijo la jueza.
La audiencia duró nueve horas con 40 minutos. El acusado se mostró atento, revisó el expediente e incluso instruyó a sus abogados.
La fiscalía mostró cuatro datos de prueba para solicitar su vinculación: un correo anónimo, la declaración del comerciante, publicaciones en redes sociales donde vinculan al exmando policiaco con Los Ardillos y la llamada que sostuvieron el 6 de octubre Reyes Reyes y Arcos Catalán.
La jueza desechó dos: una porque la fiscalía no corroboró si las publicaciones en redes sociales se hicieron desde un perfil falso.
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La llamada entre Reyes Reyes y Arcos Catalán también, porque, dijo la jueza, es imposible acusar a alguien por hablar por teléfono, más cuando Reyes Reyes era su colaborador. Las que validó fueron el correo anónimo y la declaración del comerciante porque halló dos coincidencias: se menciona a El Michoacano y que a Reyes Reyes lo identificaron como secretario de Seguridad Pública.
Esas coincidencias mínimas, dijo la jueza, fueron suficientes para someter a Reyes Reyes a una investigación formal. Dio un mes a la fiscalía para que corrobore sus pruebas.
En la audiencia, los abogados de Reyes Reyes centraron su defensa en desestimar la declaración ministerial del comerciante.
Según la carpeta de investigación, el 27 de octubre el comerciante fue a vender frutas y verduras a la comunidad de Petaquillas cuando tres hombres —que identificó como Marco Antonio Osorio Castrejón, alías El Michoacano, El Jimmy y El Junior— le exigieron 500 pesos pero no pudo pagarlos. Entonces, lo subieron a una camioneta y lo llevaron hasta un lugar que identificó como un rancho en el municipio de Quechultenango, bastión de la organización criminal Los Ardillos.
Relató que en el camino escuchó que los tres hablaban sobre el asesinato del alcalde y escuchó que dijeron que el crimen lo ordenó Germán Reyes Reyes.
El comerciante, según la fiscalía, indicó que El Michoacano llamó al exmando policiaco y le comunicó que su orden —asesinar a Arcos Catalán— estaba cumplida. La defensa consideró inverosímil la declaración. Argumentó que esa entrevista no está firmada al calce y al margen y lo consideró un “testigo de oídas”.
El comerciante fue hallado muerto el 6 de noviembre dentro de una vivienda, en avanzado estado de descomposición.