Durango.— Desde que el atendió una denuncia de una perrita hasta que el resolvió en favor de la asociación civil Conciencia Provida Animal y Medio Ambiente Durango, transcurrieron cuatro años.

Cuatro años de acoso, amenazas y hostigamiento. Pero Amelia Salas, presidenta y fundadora de la asociación, asegura que valió la pena salvar a la perrita a la que después llamaron .

Todo comenzó hace cuatro años con un reporte que llegó al Comité de Protección y Prevención de Maltrato Animal del municipio de Durango sobre el maltrato y situación de calle de una perrita.

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Cuando la asociación civil Conciencia Provida Animal y Medio Ambiente Durango rescató a Laika, la perrita se encontraba en extrema delgadez y estaba maltratada de la piel.  Foto Especial
Cuando la asociación civil Conciencia Provida Animal y Medio Ambiente Durango rescató a Laika, la perrita se encontraba en extrema delgadez y estaba maltratada de la piel. Foto Especial

El comité acudió con la orden de un juez cívico al rescate del animal y encontraron a una pastor belga malinois en extrema delgadez y maltratada de la piel, recuerda Amelia Salas.

“El juez ordenó que acudiéramos con Seguridad Pública municipal y lo hicimos como en más de 200 casos que tenemos en nuestro libro de reportes”, recuerda la activista.

Lo que no vieron venir fue que una semana después, el juez cívico pidió que regresaran al animal a la situación de explotación que vivía porque, supieron después, el dueño era hermano de un exjuez cívico, amigo del que dio la orden.

“Un vecino tomó fotos de la azotea, era un criadero, un lugar inmundo, lleno de heces fecales, había hasta 15, 20 centímetros de heces fecales”, menciona Salas.

Con la perrita resguardada, Amelia y las integrantes de la asociación se negaron a regresar al animal, pues inclusive afirma que había tres dictámenes médicos que referían las malas condiciones de la perrita.

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A partir de ahí comenzó una cacería contra la compañera que había recogido a la perra y una serie de acosos. “Fue un infierno”, señala Amelia Salas. “Me vinieron a amenazar gente del juzgado que regresara la perra, o le iban a hacer la vida de cuadritos a la encargada del área de maltrato animal en el juzgado y era de mi asociación”, añade.

Inclusive desaparecieron el área de maltrato animal.

Fue hasta que un día se les interpuso una multa de 9 mil pesos por no haber entregado a la perrita e incluso Amelia Salas cuenta que la Fiscalía de Durango se subió al tema, a pesar de tratarse de una aparente falta administrativa.

La lucha por resguardar a Laika

Ante tal señalamiento, Amelia y la asociación decidieron interponer un amparo, pero no sólo para no pagar la multa, sino también para representar a la perrita y no regresarla con su dueño.

“Interpusimos un amparo en contra de los recursos que se interponían, como la multa. Nos vamos al Tribunal de Justicia Administrativa y tardamos tres años tres meses en la resolución”, platica la activista Amelia Salas.

Hace unos días la magistrada les dio la razón.

La animalista asegura que el caso de representación de la pastor belga malinois es un precedente porque significa darle derechos a un ser sintiente.

“Es la primera vez que una asociación protectora de animales le gana un amparo a un juez cívico administrativo. Como asociación representamos a ese animal. Buscamos la defensa de la vida de ese animal para no regresarlo a una situación de maltrato”, comenta Amelia.

Además de este precedente, después de un proceso de cuatro años, la asociación Conciencia Provida Animal y Medio Ambiente Durango ha tenido otros logros en el estado: logró modificar la Constitución estatal para darles la categoría de seres sintientes a los animales.

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El pasado 12 de agosto lograron que una persona fuera vinculada a proceso por haber colgado de una pata a un cachorro de tres meses, a quien colgó de un poste y lo desnucó. Y es la asociación que denunció al Club Campestre de Durango por la presunta muerte de 42 perros en situación de calle y con dueño, señalado hace unos meses.

Además de ganar el amparo, la asociación civil presentó una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción de Durango por el presunto uso indebido de recursos públicos para atosigar a unos ciudadanos por parte del juez cívico. Todo ello a pesar de las amenazas, asegura su presidenta Amelia Salas.

“Sí vale la pena. Claro que vale la pena. Tenemos que aprender como sociedad que la forma en que tratemos a los animales dice mucho de quiénes somos como humanos. No vamos a hacer más que lo que en justicia corresponde”, comenta.

Amelia Salas dice que cuando se tienen valores y principios que se respetan y que buscan el bienestar, se tiene que luchar con ellos hasta que se pueda.

Hoy Laika, la perrita pastor belga malinois, fue sacada de Durango y juega y nada entre manantiales, según videos que proporcionó Amelia Salas.

—¿Por qué le pusieron Laika?

—Se nos ocurrió, no sabíamos cómo decirle. Le pusimos Laika. Es una perra feliz.

Ahora la asociación busca obtener la tenencia legal de Laika.

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