Puebla.— A un mes de la explosión de una toma clandestina de gas en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, las familias que perdieron sus casas insisten en regresar a sus terrenos.
Ayer, decenas de personas ingresaron a la denominada zona cero, donde el pasado 31 de octubre se produjo la explosión que dejó un saldo de cuatro personas muertas.
Lo que el día de la tragedia parecía una zona de guerra, con casas totalmente destruidas, ahora es un inmenso terreno baldío en el que sólo hay tierra.
De pie quedaron solamente algunos árboles que los habitantes del lugar usan como referencia de lo que fueron las calles y los patios.
Las autoridades prometieron a los afectados reconstruir sus casas en Flor del Bosque, a 16 kilómetros de distancia, pero los vecinos se niegan a ser reubicados, quieren quedarse en lo que consideran sus terrenos, por lo que buscan en el suelo cualquier señal que les dé una referencia de dónde se encontraban sus viviendas y toman medidas, tratando de reconstruir lo que era su casa, la del vecino, y así toda la cuadra.
Algunas familias han colocado casas de campaña donde, aseguran, estaba su vivienda.
Los damnificados dicen que su principal inconformidad es que el terreno que les ofrece el gobierno del estado es de 80 metros cuadrados, cuando, aseguran, algunas casas tenían 200 y hasta 450 metros cuadrados.
A un mes de la explosión no hay detenidos y siete personas continúan hospitalizadas, una de ellas en estado grave.