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Chilpancingo.— En la comunidad de Escalerilla Lagunas, en el municipio de Zapotitlán Tablas, en la Montaña de Guerrero, imploran ayuda. El huracán John los dejó incomunicados, sin energía eléctrica, a más de 40 familias los dejó sin casas, les destrozó sus cultivos y ahora, ha comenzado la escasez de alimentos.
Para llegar en estos momentos a Escalerilla Lagunas por el crucero de Tlatlauquitepec, en el municipio de Atlixtac, hay que atravesar unos 50 deslaves. Las lluvias del huracán John la dejaron prácticamente destruida, llena de alud y árboles caídos. El camino es un lodazal. Antes de John, cruzar ese tramo se hacía en media hora, ahora se necesita una hora más.
Al llegar a Escalerilla Lagunas, en la entrada, está el primer indicio de los daños que provocó el huracán. Un grupo de mujeres y hombres, sobre todo de mujeres, trabajan retirando un enorme alud que les tapó la vía. Lo hacen por su iniciativa y por la ausencia de las autoridades y porque es su principal acceso.
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A unos 100 metros hay otro indicio, sobre la carretera unas 25 familias montaron un refugio improvisado: ahí duerme, cocinan y viven por ahora. Más adelante hay otro campamento con otras ocho familias en condiciones muy similares, las cuales sobreviven en un refugio improvisado.
En la colonia Lindavista, a metros del segundo campamento, hay otro grupo de familias en un campamento improvisado. En total, más de 40 familias están en refugios porque sus casas quedaron inhabitables.
Unas casas quedaron al borde de un barranco ante el desprendimiento del cerro, las de adobe se derrumbaron por que la incesante lluvia las reblandeció, unas más las atravesaron rocas que se rodaron desde los cerros. Y a otras más en el piso se les abrieron grietas.
Todas, desde antes del paso de John, eran casas construidas con paredes de láminas, con techos de cartón, unas de adobe muy antiguas. Todas sin los servicios básicos.
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En Escalerilla Lagunas las lluvias provocaron derrumbes y también se abrió una grieta en el suelo de unos 300 metros. Esa grieta tiene en vilo al pueblo. Temen que se desprenda una parte y se derrumbe el cerro. Sí eso ocurre podría convertirse en una tragedia.
El jueves 26 de septiembre, recuerdan los pobladores, escucharon un tronido y de ahí se vinieron los daños, comenzaron los derrumbes y se abrió la grieta en el suelo.
Las familias que se quedaron sin casas ahora sobreviven con lo poco que les quedó. A casi diez días del huracán John ninguna autoridad ha ido a ofrecerles algo de ayuda. El nuevo presidente municipal, el petista Crescenciano Cruz Candia, no ha puesto un pie en el pueblo.
“Nosotros le decimos a la Presidenta y a la gobernadora que no sólo Acapulco tuvo daños con el huracán”, comentaron.
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Estas familias se organizan para preparar sus alimentos pero cada vez son menos, y también para armar el refugio con láminas que rescataron donde duermen casi al intemperie.
Los pobladores exigieron ayuda de las autoridades para que atiendan a las familias que se quedaron sin casas pero también por ya comenzó la escasez de alimentos.
En Escalerilla Lagunas mientras los alimentos se terminan, las lluvias no cesan y los caminos cada vez son más intransitables. Salir o entrar a este pueblo es muy complicado y que los pobladores salgan a buscar alimentos aún más.
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Los daños provocados por John en la Montaña aún no se han podido cuantificar, sin embargo los pobladores de diversos municipios han denunciado decenas de cortes carreteros, cientos de casas dañadas y muchos pueblos incomunicados.
En la región de la Montaña se han reportado cuatro fallecimientos y la desaparición de una niña y un hombre que fueron arrastrados por la corriente de un río.