Morelia.— Margarita tiene dos meses que, junto con su esposo, ha vivido un peregrinar en una clínica del IMSS de Morelia.
Lo irónico es que ella es trabajadora del IMSS, donde le tienen que realizar una cirugía de urgencia y que le han reprogramado por más de ocho semanas.
Por temor a represalias, quien narra la historia es Carlos Ramírez, esposo de Margarita.
Afirma que se han enfrentado a la negligencia, burocratismo, mal humor y hasta regaños del personal médico y administrativo.
“Mi esposa trabaja en el IMSS, pero tiene dos meses esperando una cirugía de rodilla que no le han podido realizar. Apenas hoy [ayer miércoles] le dieron fecha platica.
Además de que le han negado la atención adecuada, Carlos Ramírez explica que incluso ya les habían hecho perdidizo el expediente y fue la excusa para no atenderla. “Aquí se perdió el expediente y hubo que hacerse otra vez todos los estudios. Ahorita por casualidad se me ocurrió preguntar antes y resulta que ya apareció… no sé cómo le hicieron”, acusa.
Carlos y Margarita no fueron a laborar este día. Desde las 8:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde esperaron en la Clínica 83 del IMSS en Morelia.
Después de cinco horas de trámites, por fin los atendieron y les agendaron la cita para la cirugía pero, expone, así ha sido durante dos meses el andar de aquí para allá.
Platica que esta situación que vive con su esposa, lo viven a diario muchos derechohabientes del Seguro Social, pues le consta, porque, dice, les ha tocado verlo de cerca.
“De hecho, hoy a una señora que no hallaba para dónde darle, yo le ayudé a sacar todas sus citas. Tiene como 80 años y para hacerle [las pruebas de] laboratorio la mandaron hasta Charo, pudiéndole hacer todo aquí”, lamenta.
Reitera que es frustrante la espera tan sólo para pedir cita. Para él todo esto se debe a la incapacidad de los empleados, a la falta de infraestructura y de humanidad. “Trabajan mediodía y están en el teléfono en vez de atender. Están de malas siempre y hay que andar peregrinando con ellos todo el tiempo. Entras con dolor y sales regañado”, remata.