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En tres meses, Paz Martínez elaboró cuatro decenas de sombreros para juntar apenas 400 pesos, de los cuales gastó 160 en su pasaje para trasladarse de su comunidad, San Miguel Papalutla, al municipio de Huajuapan de León. El viaje de sólo un día lo realizó para recibir una tarjeta con recursos económicos que le permitirán reconstruir su vivienda destruida el 19 de septiembre, cuando un terremoto de 7.2 grados alcanzó la Mixteca oaxaqueña.
Paz tiene 90 años, está enferma y no sabe leer. Dice que no comprende la forma en la que la tarjeta de plástico que acaba de recibir se convertirá en 15 mil pesos para la reparación de su hogar y menos cómo logrará levantar la casa donde vivía sola, pues su esposo murió hace ocho años y sus tres hijos viven en la Ciudad de México.
Aunque Paz recibió el plástico del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), ignora que pese a los daños su vivienda fue catalogada sólo con daño parcial en el censo que elaboró la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), pues poco le han explicado del proceso, y que no tendrá ningún asesor que le ayude a restaurar su patrimonio.
La próxima semana Paz viajará nuevamente a Huajuapan para retirar el dinero en la sucursal de Bansefi, la única de la región, que se hará visible entre tres y ocho días después de que se la entregaron, el 10 de enero.
Ese viaje de tres horas, de ida y vuelta, tendrá que repetirlo cuando inicie la compra de insumos de construcción, pues sólo en Huajuapan, la cabecera municipal, se ubican las tiendas de materiales.
Al igual que Paz cientos de daminificados comenzarán su peregrinar constante hacia Huajuapan de León, pues luego de más de 100 días de espera, los gobiernos federal y estatal entregaron los apoyos del Fonden a mil 410 damnificados, a través de tarjetas bancarias, por un monto de más de 35 millones de pesos.
Aunque en un principio la federación declaró en desastre natural a 74 municipios de los 155 de esta región, la Sedatu informó que sólo en 63 municipios se confirmaron daños tras el censo con dispositivos móviles, a diferencia del Istmo de Tehuantepec, donde se hizo de forma manual.
El censo fue supervisado por Abelardo Mendoza, subdirector de Vivienda de la Sedatu en Oaxaca, quien asegura que el dispositivo satelital garantiza la precisión en la verificación de los daños de las viviendas, pero reconoció que tiene un margen de error de 50 metros. Además, aceptó que sólo fueron contempladas las viviendas habitadas y las de quienes pudieron acreditar la propiedad. Quedaron fuera los hogares con daños en construcciones en el exterior, por ejemplo, si ocurrió en un baño o cocina que está en el patio, no se consideró.
Bajo dichas condiciones, de las más de cinco mil casas reportadas con afectación en septiembre, sólo mil 410 fueron consideradas en el censo. Las mil 269 clasificadas con daños parciales recibirán 15 mil pesos y las 141 en pérdida total, 120 mil.
Ana Vásquez Colmenares, titular de la Secretaría de las Culturas y Artes, y designada en esta región para atender la catástrofe, indicó que en el caso de quien recibirá 120 mil pesos, los recursos serán suministrados en cuatro partes; 15 mil pesos serán retirados y el resto deberá de ser canjeable por material de construcción. La situación de retraso es la misma en el caso de la infraestructura educativa, hospitalaria y edificios públicos.
La Coordinación Estatal de Protección Civil contabilizó con daños a un total de 612 escuelas. La cifra difiere de la del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que reporta 399 planteles, sólo de educación básica, con afectaciones. En cuanto a los 31 centros de salud y hospitales y los 180 edificios históricos dañados, aún no hay fecha de reparación ni monto a destinar.