Ciudad Juárez.— “Tráigannos agua y comida; hay muchos niños y no hemos comido nada”, gritaban los migrantes que acampan en el bordo del río Bravo entre Ciudad Juárez y El Paso, , en espera de ser procesados por la Patrulla Fronteriza.

Los migrantes, en su mayoría venezolanos, gritan desde el bordo estadounidense a otros migrantes y periodistas que se acercan a la orilla del lado mexicano; claman por ayuda para poder esperar las largas horas que deben estar en ese sitio hasta que logran esquivar el cerco de seguridad y ser procesados por las autoridades estadounidenses.

Debido a que los elementos de la de Texas continúan resguardando la malla ciclónica, las personas que están en esa zona (y que en su mayoría son familias), esperan hasta tres días para ser recibidas por las autoridades, lo cual los ha obligado a acrecentar el campamento improvisado y urgir ayuda a la gente que ven pasar por el sitio.

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“Yo tengo tres días acá con mis hijos, soy de Venezuela y no nos dejan pasar, no nos abren. Pedimos agua, comida, cobijas, no nos dejan entrar, están creciendo el alambre de púas”, decía una mujer venezolana a EL UNIVERSAL.

La mujer llevaba a sus tres hijos, quienes pasaron la noche del miércoles y madrugada del jueves en ese sitio en una casa de campaña improvisada que formaron con cobijas y palos a la orilla del río.

Este jueves al mediodía, los migrantes seguían en el bordo de Estados Unidos esperando que los soldados les dieran la oportunidad de cruzar a ese país. Algunos migrantes ya estaban molestos, cansados y desesperados, pues pese a que se acercaban a la malla y le pedían a los agentes de la Guardia Nacional de Texas que los dejaran pasar, no eran escuchados. “Soy de Venezuela, traigan agua, comida, no ven que no nos quieren abrir”, decía otro migrante en tono molesto a las personas que veía llegar al bordo del río, pero del lado mexicano.

Medios de Estados Unidos reportaron que la mañana de ayer cientos de migrantes lograron pasar la barrera colocada en El Paso, sin que la Guardia Nacional texana pudiera detenerlos al verse rebasada.

Según diferentes reportes, los migrantes rompieron la alambrada de púas con el objetivo de entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza en el lado estadounidense para ser procesados. La situación se tensó cuando la Guardia separó a mujeres y niños de los hombres. Entonces, migrantes con capuchas, guantes y chaquetas empezaron a romper las vallas y a correr, mientras guardias texanos intentaban, en vano, cubrir el hueco.

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En el recorrido realizado por EL UNIVERSAL se constató que alrededor de las 14:00 horas de ayer los soldados texanos reforzaban con malla ciclónica y alambre de púas los huecos de la valla que habían sido derribados.

Aunque tenían de frente a los migrantes, tanto mujeres como niños, los agentes sólo les gritaban: “hacia atrás, hacia atrás”, ya que no los dejaban pasar ni acercarse a la zona donde estaban. Pese a ello, había migrantes que sí lograban burlar la seguridad por otro punto y conseguían llegar hasta la puerta 36 del muro fronterizo y entregarse para ser procesados por la Patrulla Fronteriza en busca de asilo político.

El presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez, dijo que están trabajando con el INM y la Secretaría de Seguridad Pública para atender cualquier incidente.

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