La circulación de migrantes nacionales y extranjeros por territorio mexicano se ha transformado desde que los grupos del crimen organizado se apropiaron del negocio, en el que han encontrado una mina de oro, señaló a David Saucedo, analista en temas de seguridad.

Indicó que aunque los cruces de migrantes indocumentados hacia Estados Unidos, principalmente de mexicanos y centroamericanos, asistidos por polleros, eran algo común desde hace décadas en la frontera norte del país, hace unos 10 años los cárteles que operan en el noreste de México “ampliaron su portafolio criminal para dedicarse al tráfico de personas”.

“Los Zetas, el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, etc., desplazaron a las bandas de polleros para absorber ellos mismos el lucrativo negocio de cobrar peaje a los migrantes por llevarlos a ciudades de Estados Unidos”, explicó el especialista.

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“Los cárteles descubrieron que los migrantes son una mina de oro” y aprovecharon las “rutas de cruce seguro” que manejan para traslado de droga de uno y otro lado de la frontera, así como los contactos y sobornos que tienen con autoridades, tanto en territorio de México como de Estados Unidos.

“El tráfico de personas de México a Estados Unidos cambió drásticamente cuando los cárteles quisieron una rebanada de dicho negocio, reclutando a los polleros que ya desempeñaban esa función y asesinaron a los que se resistían”, aseguró.

Expuso que los grupos criminales han ampliado sus redes y controlan el traslado de migrantes desde el sur de México hasta ciudades de la frontera norte.

Sobre los casos de secuestros de migrantes que se dan en territorio nacional, como los que han sucedido en el último mes y medio en territorio de San Luis Potosí, el experto consideró que se trata de lo que llama “autosecuestros”, en el sentido de que los criminales secuestran a los migrantes que ellos mismos trasladan para cobrarles un extra.

“En ciertos puntos de San Luis Potosí, Zacatecas, Nuevo León y Tamaulipas los cárteles de la droga autosecuestran a los migrantes que ellos mismos conducen o a las caravanas que saben que se dirigen hacia Estados Unidos. Los amenazan a ellos o a sus familias y los obligan a pagar un rescate por permitirles seguir con su camino.

“Los recientes secuestros de migrantes en San Luis Potosí y Nuevo León se dieron bajo este esquema”, afirmó.

Sin embargo, agregó, hay casos en que los cárteles realizan un reclutamiento forzado de migrantes para tenerlos como mano de obra esclava en las tareas de producción y tráfico de drogas. Precisó que este fue el móvil de la masacre de San Fernando, Tamaulipas, ocurrida en 2010.

Existe complicidad

David Saucedo señaló que para que estas redes de tráfico de personas operen en México, “evidentemente muchas autoridades están involucradas. Alcaldes, directores de policía, comandantes de policías estatales, reciben sobornos a cambio de su colaboración para que los cárteles puedan actuar con libertad”.

Consideró que los casos de secuestro de migrantes continuarán mientras las autoridades estatales y federales se limiten a rescatar a los retenidos, pero no se combatan y desmantelen las estructuras de tráfico de personas.

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